La exposición recoge unas 70 obras de sus últimos años|La Estancia exhibe la pasión por el arte de Elsa Morales

El hermano de la artista promueve el trabajo de la creadora mirandina

Más de 70 piezas conforman la muestra Pasión por el arte que recoge parte de la obra de Elsa Morales, las menos conocidas y correspondientes a sus últimos años de vida. El centro cultural Pdvsa La Estancia, en La Floresta, destinó el espacio de la sala La Trilla con 72 metros cuadrados para mostrar a través de varios ejes temáticos la prolífica producción que la artista plástico albergaba en su taller y que actualmente custodia la fundación que lleva su nombre.

Se muestran obras sobre papel, pero también se aproxima al universo de objetos que la artista creó: pinturas, cajas mágicas, parabanes, lámparas e intervenciones que atesoran el complejo imaginario de la pintora.

“La obra que está aquí quedó en su taller de Montecristo casi en su totalidad”, manifestó Fran Morales, director general de la Fundación Elsa Morales. El entrevistado se ha dado a la tarea de difundir ese legado a través de la referida institución que tiene como principal interés conservarlo y difundirlo, como parte del patrimonio artístico de Venezuela.

“Su obra no se quedó en lo bidimensional, evolucionó pues se trató de una artista integral cuya temática se aproxima a lo contemporáneo”, agregó Morales.

Carmen Hernández, curadora de la exposición, explicó que la organización temática de Pasión por el arte evidencia la producción de los últimos 20 años de vida de Elsa Morales. “Algunas pinturas corresponden a ejes temáticos para relacionar la obra sobre papel y algunas hechas sobre tela”.

Hernández sostuvo que Elsa Morales muestra la perspectiva que ha denominado “feminización de la cultura” que pone de manifiesto a través de “una síntesis visual”, “un hibridismo” y “ciertas afinidades con la iconografía popular, pero cuyo imaginario es de otra índole”.

La organización de la exhibición es “un torbellino que se compara con un lenguaje muy contemporáneo como el del cubano René Portocarrero”. Además, agregó la curadora, Elsa Morales era muy versátil. “Hay que sacarla del encasillamiento en el que ha estado por décadas, porque ella reinterpretó la iconografía tradicional y brincó más allá”, agregó.

Al consultarle sobre su investigación, Hernández no duda de la intencionalidad política de las creaciones de Morales, que calificó como una “conjunción social” generada por el impulso de los cambios políticos de los últimos años.

La última parte de la exposición refleja las tribulaciones a causa de la enfermedad que fue mermando la producción en los últimos años de vida de Elsa Morales: la diabetes. “Se manifiesta un estado de angustia y el laberinto de la memoria”, que el director de la fundación caracterizó como un “ataque psicodélico”, en donde hay un salto de lo “figurativo hacia una forma de abstracción”.

La muestra estará acompañada por un programa educativo con sesiones de dibujo al aire libre, talleres para personas con discapacidad, actividades recreativas y visitas guiadas para conocer los detalles del universo creativo de esta artista.

CON ÉNFASIS EN EL REGISTRO Y CONSERVACIÓN

Con el legado de Elsa Morales comienza el trabajo de la fundación que tiene como principal objetivo la difusión de su obra. La tarea en estos años, a juicio de Fran Morales, consiste en el registro y publicación de un catálogo integral que recoja, tanto las creaciones en custodia por la fundación, como la adquirida por coleccionistas privados y el Estado.

“Necesitamos que nos ayuden a difundir que Elsa tenia el sueño de transformar ese taller en un museo, un centro cultural como ella vio en la casa de Frida Kahlo en México”, confesó.

“Dos o tres días antes de morir, nos llamó y dijo que no dejáramos perder la casa”, aseguró el hermano de la artista en referencia a su taller ubicado en Montecristo, al este de Caracas. La la casa taller es alquilada y los dueños se han negado venderla, para realizar los sueños de la creadora mirandina. Pidió apoyo institucional para llevar adelante dicho proyecto.

Sobre proyectos y planes para el futuro, la fundación solicitó el aporte de voluntarias y voluntarios que puedan estructurar el lanzamiento de un sitio web, además de la creación de un centro de documentación sobre arte venezolano. “La obra de Elsa es un patrimonio de todo el pueblo venezolano, por eso debemos investigarla y conservarla”, insistió Fran Morales.

Está previsto presentar Pasión por el arte en el Museo Carmelo Fernández, de San Felipe (Yaracuy), y la preparación de una retrospectiva en la sede de Pdvsa La Estancia, en Maracaibo, para el año 2012.

ARTE Y MILITANCIA

“Ella siempre se consideró como una militante de la izquierda, de los ñángaros”, planteó Fran Morales al ser abordado sobre la evidente carga política de la obra exhibida.

“Reivindicó a todos los que hacen arte desde su comunidad, desde la pobreza. Elsa trascendió y brincó esas barreras, su propuesta llega al académico más crítico y a la persona más sencilla”, recordó.

Una obra de gran formato evidencia la pasión política en un momento álgido de la historia reciente. Después que el gallo cante muestra a tres perros con una sonrisa malévola y muy sarcástica que dominan el lienzo en donde sobresalen torres petroleras, un gallo y otros elementos que recuerdan el sabotaje a la industria principal del país. “Refleja un momento histórico que era de mucha preocupación”, relató.

En aquellos días del paro petrolero (2002-2003) la artista sufrió una agresión en la plaza Altamira por su condición de indígena revolucionaria, y en su afán por defenderse recibió los golpes y los insultos de un grupo de mujeres de la oposición. Hoy en día a muy pocos pasos de esa plaza su obra brilla como un crisol en la antigua hacienda que es hoy Pdvsa La Estancia.

T/ Heberto Hernández
F/ Héctor Rattia
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