Seguramente lo has experimentado|Los libros y películas pueden darnos la misma felicidad que las experiencias reales

Suele decirse que quienes miran muchas películas o libros viven en un mundo de fantasías, por lo que difícilmente lograrán la verdadera felicidad. Sin embargo, un nuevo estudio muestra que la felicidad que nos aportan las historias de ficción es tan real como la que podemos obtener de una aventura o un romance en el mundo en que vivimos.

Según los investigadores de la Universidad de San Francisco, los productos experienciales satisfacen una necesidad psicológica poderosa, similar a la que tenemos cuando nos enfrentamos al mundo real.

¿Fantasía o realidad?

Las experiencias diarias con otras personas nos ayudan a acercarnos a ellos, mientras que los libros, películas y piezas musicales, nos enseñan nuevas cosas y ayudan a desarrollar nuestras capacidades, haciendo que nos sintamos igual de felices mediante ellos. Esto ayuda a las personas a gastar su dinero en productos que los hacen felices y no en cualquier objeto comprado arbitrariamente.

Por supuesto que esta investigación es una buena noticia para las tiendas que se dedican a la venta de libros, películas o instrumentos musicales. Con el aval de la ciencia, muchas personas pueden volcarse hacia una felicidad provocada por los productos experienciales y no tanto hacia otras actividades.

Para quienes gustan de gastar su dinero o son compradores compulsivos, esta noticia solo justifica sus actos. Pero si van a comprar a montones, quizás sea mejor que piensen en que sea un objeto que mejore sus sentidos y habilidades cognitivas.

¿Cómo funciona?

Por ejemplo, muchas personas compran pasajes de avión o tiques para parques de diversiones, de manera de disfrutar y pasar un buen rato. Sin embargo, la misma sensación se podría haber alcanzado con un libro que hable sobre eso, una canción que te transporte a ese lugar o una película.

Para causar el mismo nivel de felicidad debe cumplir con tres requisitos: debe tener una expresión de identidad (reflejar los valores del comprador), probar la competencia del usuario (probar las habilidades y conocimientos de la persona) y crear una relación (debe acercar el usuario a otras personas). Los investigadores demostraron que los productos experienciales desarrollan más la competencia, pero las vivencias crean una relación con otras personas que no puede igualarse.

Claro que esto solo demuestra que son una manera de alcanzar la felicidad, pero no la única ni la que prevalece. Mientras algunas personas prefieren comprar estos productos y utilizarlos solos o en compañía, otros prefieren seguir con el contacto social y las experiencias. Si te sientes solo, probablemente prefieras una experiencia con otras personas y no un libro que te aleje del mundo.

Solo recuerda que cada persona puede optar entre productos experienciales o experiencias reales, de acuerdo a su personalidad. Tampoco se trata de aplicar esta investigación al mercado, porque seguramente muchas tiendas quieran usarlo para vender más. Si realmente quieres ser feliz, entonces busca tu propia manera de serlo.

Fuente/Ojo científico
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