No fueron solamente los blancos criollos quienes lograron la independencia. 200 años después es noticia: pardos, indios, negros y mujeres también fueron eminentes protagonistas de la gesta emancipadora de Venezuela. La justa, inédita y necesaria reinterpretación de la historia es parte del discurso de la exposición La Revolución de 1810, que se inaugurará en los próximos días en el edificio neoclásico del Museo de Bellas Artes (MBA).
El montaje de la exhibición no se realiza desde la visión de una curadora o curador. La metodología “inédita” de la muestra está a cargo de un equipo multidisciplinario, que trabaja en el proyecto desde agosto de 2009 con “visión compartida, pero con distintos lenguajes”, contó Luis Carrera, coordinador de la exhibición.
Libros del siglo XVIII y XIX, prendas de Bolívar y Miranda, utensilios de los indígenas, símbolos religiosos africanos, cofres, una réplica del Leander, grilletes de la esclavitud y obras de arte, son parte de los 400 objetos escenificados que se conjugan con música, historias, videos y presentaciones multimedia por un recorrido a través de 2.300 m2 del museo para dar vida a la muestra “histórica” en varios aspectos.
El historiador y viceministro de fomento de la Economía Cultural, Pedro Calzadilla, expone que hace 200 años se produjo la llegada de un conjunto de fuerzas y procesos, que escenificaron las claras contradicciones de la colonia acumuladas desde las invasiones españolas en 1498, a partir de ese momento, 300 años de tensiones y conflictos sociales permitieron en 1810 -también por las condiciones internacionales- que se diera la Revolución que trastoca las estructuras de poder y abre las posibilidades de transformación de la sociedad.
Calzadilla asevera que los personajes que dieron aportes a la Independencia y que no son los protagonistas de la historiografía nacional, para esta exposición son las heroínas y héroes centrales.
EL APARATO DE DOMINACIÓN EN LA CUARTA REPÚBLICA
El Viceministro dice que venezolanas y venezolanos tenemos la imagen del cuadro de Juan Lovera, 19 de abril de 1810, con Vicente Emparan, el padre Madariaga y otros representantes del poder frente a la Catedral en la plaza Mayor. “Ese cuadro tiene la virtud de que expresa una visión y una manera de entender la historia, en ese cuadro solamente están los ricos”. “Lo que no está en la pintura, pero que existía, era la fuerza que movía a los protagonistas. El motor de las fuerzas históricas no están en el cuadro y la exposición trata de mostrar todo lo que no está en esa imagen”, explicó.
Sostiene que muchos personajes fueron invisibilizados porque según los cánones no eran parte de la historia. La Cuarta República que nace en 1830, que tiene como pivote el poder oligárquico que dominó a través de la represión violenta hacia los sectores populares, ese control social también se hizo a través de procesos ideológicos, y “la historia desde muy temprano fue hilvanada al discurso ideológico que le dio legitimidad y que engranó el sistema que funcionó por 190 años perfectamente”.