Por Jesús Bermúdez|Los pantalones rojos de La Odalisca (Opinión)

El día lunes 7 de julio, a altas horas de la noche, recibí una llamada del jefe del Portal “puebloenrevolución” dirigido por el camarada Héctor Ruiz, instruyéndome para cubrir las incidencias sobre la entrega por parte del Ministerio Público de la obra artística Odalisca con pantalones rojos, al Ministerio del Poder Popular Para la Cultura. Como buen guerrillero comunicacional y alternativo, me dirigí militantemente al día siguiente al Ministerio Público a cumplir con mis instrucciones.

Durante el evento el ministro del Poder Popular para la Cultura, Fidel Barbarito, anunció para el martes 22 la exhibición de la obra en el Museo de Arte Contemporáneo, para el disfrute de todos los venezolanos, especialmente para las escuelas y liceos, lo cual me parece muy justo ya que en mi generación la obra nunca fue exhibida en Venezuela sino en España, hasta donde recuerdo.

El anuncio del Ministro para exhibir la obra, activo en mi memoria un suceso reciente en casa de uno de los pocos amigos compadres que me quedan en la oposición; uno de ellos, el padrino, le regalaba a su ahijado un carro de bombero de color rojo, acto seguido, el obsequio fue lanzado contra el piso y hecho trizas. El padrino, un poco incómodo le pregunto tímidamente al niño las razones para esa actitud; firme y seguro el niño respondió: era de color rojo. Después del cruce de miradas y pensamientos de rigor entre todos los presentes, y atónitos por aquel suceso, conversamos con el padre sobre las origen de esa conducta. Pues, no les digo más nada estimados lectores, sé lo que están pensando, esas son exactamente las razones. Tanto el padre como el hijo necesitan orientación, y no precisamente política.

Inmediatamente me dirigí al Twitter para analizar las tendencias sobre el evento. Para mi sorpresa la cantidad de descalificativos con motivo del regreso de la obra en cuestión sobran y van en la misma dirección. Ni Matisse, ni la Odalisca, ni sus pantalones, ni el color rojo, pueden justificar una agresión contra ningún objeto de ese color, mucho menos a una institución o persona que lo lleve o lo utilice.

Los colores fueron utilizados por los partidos políticos para facilitar el derecho al voto de los analfabetos. Muy diferente en el caso de los bomberos que utilizan el rojo como símbolo de la lucha contra el fuego, o como los artistas, donde los colores tienen una función estética. ¡Cuidado con la Odalisca y sus pantalones rojos! A tomar previsiones.

jesusbermudezucv@gmail.com