La comedia y el realismo mágico vuelven hoy al cine venezolano con el estreno a nivel nacional de la película El irrigador, dirigida por Milton Crespo.
Es una historia ambientada en 1995, en una fiesta patronal de un pueblo ficticio llamado Pueblo Rico, donde el alcalde corrupto de ese pueblo decide meter un cargamento de desechos tóxicos aprovechándose de la confusión que se genera durante las fiestas patronales en honor a Santa Rita.
Comentó el director Milton Crespo que el sitio que elige el alcalde para esconder el material tóxico es un cine abandonado, y en ese mismo lugar sorprende a su hija Ana en pleno romance con Froilán, un muchacho del pueblo, quien de la impresión comienza a irrigar una sustancia negra por sus genitales, y los habitantes del pueblo, que siempre han estado esperando petróleo, asumen que es efectivamente petróleo y de allí comienza un clima de confusión y enredos.
La situación se complica porque el corrupto está cobrando unos dólares sucios por este negocio y logra quitarle el maletín y el enredo es que además del maletín también quiere su torre petrolera ambulante, al igual que los habitantes del pueblo, todos quieren apropiarse de Froilán.
ELENCO DE LUJO
Crespo informó que El irrigador cuenta con un elenco de lujo encabezado por el conocido actor Toco Gómez, el maestro Antonio Cuevas, Dalila Colombo, Carlos Cruz, Laura Altieri, Gabriel Blanco, Liztte Luna, Martha Track y Willian Colmenares.
A partir de hoy la película se exhibirá en 10 salas de varios circuitos de cine de Caracas y Valencia, estado Carabobo, Barquisimeto, estado Lara, y Maracaibo, estado Zulia, en la primera etapa de lanzamiento, luego se extenderá a otras ciudades.
“Estoy seguro que la gente va a disfrutar muchísimo la película y después va a funcionar más allá de la labor de difusión y promoción que hace Amazonia Films, lo que llamamos cotidianamente radio bemba. Es una película muy atractiva, muy divertida, a los venezolanos nos encanta reírnos y en esta película nos vamos a reír bastante.
Explicó que es una película que se ambienta en 1995 y se rueda en 1998, “pero en ese momento está convulsionado el país con los hechos históricos que todos conocemos, la llegada del comandante Hugo Chávez, y hacer exteriores en ese momento fue difícil”.
Enfrentamos problemas de financiamiento, sin embargo fuimos avanzando y en este proceso apareció una cosa extraordinaria: la Villa del Cine, Amazonia Films y el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), que han sido 3 bastiones fundamentales para la culminación del trabajo”.
“Se filmó –dijo– en formato 35 milímetros y luego apareció el proceso de la digitalización y logramos hacer toda la transferencia a HD, lo cual nos dio una riqueza que nos permitió hacer en postproducción los matices básicos para dar un aspecto de visual de época”.
HUMOR SANO
Para Milton Crespo hacer comedia es un privilegio, “se disfruta mucho haciendo ese trabajo que es muy duro, un equipo con las mismas energías y con el mismo peso de quien hace drama, pero se disfruta mucho, sobre todo cuando se está con un grupo de profesionales, tanto en lo técnico como el equipo de actores, porque sientes que empiezas a construir y con gente que siempre está alegre, sin duda, logramos hacer un buen trabajo, con humor sano, que no denigra de nuestros valores”.
En cuanto a la escogencia de lo rural, el director de El irrigador considera que en nuestro país hay una tendencia a trabajar lo muy urbano, lo cual a su juicio es muy respetable, “pero nosotros tenemos en el interior del país cualquier cantidad de cuentos, de historias y de conocimiento cultural que nuestros niños y nuestros jóvenes podrían estarse perdiendo, me refiero a la cantidad de fantasmas, de leyendas, de paisajes, que contienen una riqueza para crear en distintas áreas”.
Detalló que en la película hay personajes que buscan petróleo, “lo que puede parecer una locura, pero tú vas a ciertos lugares y consigues personas de las cuales aprendes maravillas con riesgos particulares, con creencias de ciertos horarios del día, de la noche, y gente que termina resolviendo las cosas y poniendo en su lugar a quienes pretenden aprovecharse de ellos o explotarlos y sobre todo el romance, el amor, la inocencia de todos esos cuentos de las regiones”.
APOYO DEL ESTADO
En relación a la valoración del cine venezolano, para Crespo no hay diferencia entre el cine de antes y el de ahora, porque cada momento se refleja a través de esa imagen y así como lo hacen la pintura, la poesía, “la verdadera diferencia es que los cineastas actuales, por el trabajo de los cineastas anteriores, cuentan con una extraordinaria oportunidad y con mejores herramientas”.
Explicó que en la actualidad “hay escuelas que nosotros no tuvimos, hay una distribuidora, el cine es un trabajo complejo, enorme, desde que se baja la producción, desde que pasa por el financiamiento, rueda, llega a la postproducción, a la distribución y a la comercialización, y eso no se logra si no está acompañado de un aparato fuerte, que es lo que hacíamos antes, ir hasta donde podíamos, lo vivimos muchísimo, y ahora tenemos una Villa del Cine que produce, tenemos una distribuidora del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, que financia y vamos acompañados”.
Estima que los cineastas actuales tienen una oportunidad extraordinaria, “el maestro Román Chalbaud siempre lo está diciendo, los que hacen cine ahora están más comprometidos a hacer las cosas que nosotros porque tienen más herramientas, y yo creo que están haciendo un trabajo extraordinario, hay cualquier cantidad de cortometrajes, vienen más películas, hay un movimiento militante que comenzó a resurgir la comedia, y la diferencia es que ahora los cineastas estamos acompañados por el Estado con mucha más fuerza”.