La presidenta Cristina Fernández envió sus condolencias |Políticos, intelectuales y pueblo argentino expresan dolor en velatorio de Ernesto Sabato

El velatorio del connotado escritor argentino Ernesto Sabato comenzó pasadas las 17 horas en el Club Atlético Defensores de Santos Lugares, en Buenos Aires, que abrió las puertas de su salón de actos para el ingreso de lectores, vecinos y admiradores, al mismo tiempo que varias figuras de la política y el periodismo, anunció el diario Clarín en su edición vespertina.

La presidenta argentina, Cristina Kirchner, la secretaría de Cultura y la embajada de España enviaron coronas para expresar sus condolencias. También los vecinos acercaron flores y pegaron carteles expresando su dolor por la partida del escritor.
La primera en llegar al lugar fue la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, que aseguró que “conocer a Ernesto y Matilde – su compañera durante décadas – fue un gran honor y una satisfacción” y que “cuando se muere una persona tan buena e inteligente, el país sufre”.

Graciela Fernández Meijide, que compartió con el autor de El túnel el trabajo en la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Persona (Conadep), destacó sus principios, su ética, y su valentía “para aceptar formar parte y dirigir una comisión investigadora cuando nadie podía asegurar que los militares habían abandonado su ambición de ocupar el poder”.
Por su parte, el diputado nacional Francisco De Narváez, definió al escritor como “un gran argentino, no sólo un gran escritor sino un gran luchador por la libertad y los derechos humanos”, y Daniel Filmus, senador nacional y precandidato a Jefe de Gobierno porteño, lo recordó como un humanista y como un “defensor de la paz, más allá de la profundidad de su obra literaria”.
José Miguel Onaindia, abogado y ex director del Centro Cultural Rojas, comentó que “con Ernesto Sabato se va un tipo de intelectual, típico del siglo XX, un intelectual comprometido con la ciencia, la política y la cuestión pública; él fue el último de todos ellos”.
El salón del Club Defensores, donde Sabato pidió expresamente ser velado, mezcla los saludos a su hijo Mario, el silencio respetuoso, el olor de las flores –entre ellas, la corona que envío la presidenta Cristina Fernández de Kirchner-, y el llanto de muchos; que apenas salen cruzan la calle y leen atentos los mensajes que se multiplican en la puerta de su casa, que dicen: “Gracias, maestro”.

Fuente/Clarín
Foto/AFP
Texto/CO
Etiquetas