La pieza abrirá un espacio para la reflexión social sobre lo ocurrido en 2002|Situaciones vividas por el Sabotaje Petrolero serán reveladas a partir de hoy en el Teatro Bolívar

Reflexionar acerca de las situaciones sociales que se desencadenaron producto de la crisis económica y política que sufrió Venezuela producto de la paralización de la industria dedicada al oro negro, es el objetivo del grupo Teatro del Silencio con su obra, Sabotaje Petrolero.

El director del grupo, Alberto Rowinsky, declaró que este montaje “es un paso más para ir creando ese teatro dirigido a la inteligencia, a la reflexión, a la reafirmación de valores y esencialmente tocar los temas socio-políticos culturales de los últimos años del país”.

El también actor comentó al Correo del Orinoco que Sabotaje Petrolero es una forma de mirar un momento crítico y grave del país. A su juicio, la pieza permite colocar en el escenario esas situaciones a fin de que las espectadoras y los espectadores razonen y recapaciten sobre esos hechos que, a su vez, generaron otras crisis sociales.

El espectáculo, que se presentará en el Teatro Bolívar a partir de este viernes, brinda una mirada a lo que también ocurre actualmente en el país.

Nova Rowinsky, Livia Méndez y Alberto Rowinsky son los actores que darán vida al montaje que presentarán un total de cinco funciones a partir de hoy y hasta el 23 de noviembre, los viernes y los sábados, a las 6:00 pm y los domingos, a las 5:00 pm.

TRES HISTORIAS

Alberto Rowinsky detalló que el montaje está compuesto por tres obras breves: “¿Quién se llevó el gato al agua?”, “El Encuentro” y “La Entrevista”, las cuales fueron escritas a partir de situaciones reales ocurridas durante el paro petrolero de 2002- 2003.

“¿Quién se llevó el gato al agua?”, es una pieza de Roberto Azuaje. De acuerdo al director, es un trabajo que sirve de columna vertebral del espectáculo.

En esta obra, Azuaje “nos habla de la disociación psicótica que produjo en cierta parte de la población, la constante manipulación con imágenes y mensajes audiovisuales producida esencialmente por los canales de televisión, en una campaña sistemática de santanización del proceso bolivariano”.

Rowinsky resaltó que es una pieza vista con mucha ironía y hasta humor: “Quisimos mostrar lo que le pasó a ese sector de la clase media de la sociedad que fue absolutamente alienada por la televisión”.

Por su parte, “El Encuentro”, escrita por Rowinsky, presenta una única escena y remite a una tensa relación entre dos seres que cargan con una separación traumática producida años atrás.

“Esta es una de las obras más extrañas dentro del espectáculo, porque tiene como distintas dimensiones”, dijo el escritor.

Rowinsky describió que esta pieza sumerge al público en el interior de esos personajes, en sus universos, en sus conflictos: “Aquí narro la historia de Sonia, quien está sometida a una presión insoportable por ser la esposa de un trabajador de Pdvsa que se niega a acatar el paro y que no deja de asistir cotidianamente a sus labores en los campos petroleros”.

Finalmente, el público se topará con “La Entrevista”, también de Alberto Rowinsky. En este texto se confrontan dos visiones, dos posiciones sobre la definición de sabotaje petrolero o el paro cívico nacional, con sus consecuencias sociales, políticas y económicas.

“En esta escena veremos a una periodista, muy particular, que va a un barrio en pleno sabotaje y entrevista a un obrero. Aquí se genera una confrontación fuerte, creo que es el texto más claro de las tres piezas”, refirió el director.

PROCESO CREATIVO

Alberto Rowinsky manifestó que comenzó a trabajar en Sabotaje Petrolero desde 2012. Aprovechó la oportunidad para destacar que Teatro del Silencio ha sido un espacio para el montaje de trabajos ideológicos.

“Específicamente llevamos muchos años tocando los temas sociales para toda aquellas personas que aspiran una sociedad diferente, igualitaria, democrática y donde las capacidades de la gente puedan desarrollarse por igual”, subrayó.

El actor adelantó que en vista de que cada una de sus propuesta hablan, en vez de guardar silencio, han tomado la decisión de cambiar el nombre del grupo a Gestus Teatros, “pero será una evolución paulatinamente”.

Este espectáculo fue estrenado en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) hace unos meses, cuando en el este de Caracas se presentaron manifestaciones violentas.

“Fue una situación difícil. Tuvimos que cambiar la hora de las funciones para la mañana, que era como el momento de descanso” de las manifestaciones, sostuvo.

El director uruguayo precisó que tiene 30 años viviendo en Venezuela, por lo que hacer este tipo de teatro social, que despierte la consciencia y la reflexión es la forma en la que devuelve el afecto, el cariño que le ha brindado Venezuela.

ARTE IDEOLÓGICO

El director y actor, Alberto Rowinsky, señaló que el trabajo que realiza con Teatro del Silencio procura abarcar el ámbito de todas las situaciones sociales, históricas y políticas.

“Todo el escenario tiene que reflejar un hecho vivo. Es un mecanismo de interrelación absolutamente maravilloso”, dijo.

Rowinsky refirió que el propósito es trabajar en ese teatro ideológico con una gran calidad estética: “No se trata de colocar cualquier cosa arriba de un escenario, sino de apuntar en el enriquecimiento de los sectores populares que es a quienes aspiramos llevarle este tipo de teatro”.

T/ Patricia Pineda
F/ Luis Franco
Caracas