Comunicadores sociales dan batalla por la ética

La construcción comunicacional es fundamental en la lucha por la soberanía. Así lo ha sido en nuestra región desde la guerra por la independencia americana hasta la actualidad, en la cual las transnacionales de la información son protagonistas del asedio contra la patria de Bolívar. Y fue precisamente el Libertador quien tuvo clara la necesidad de contar con una artillería de las ideas, cuando fundó un sábado 27 de junio de 1818, el Correo del Orinoco, como instrumento para promover los ideales de la gesta independentista.

Ese hito propició que el 27 de junio se estableciera en Venezuela como Día del Periodista, a raíz de una propuesta formulada en 1964, por el recordado periodista Guillermo García Ponce, quien para la época era diputado por el Partido Comunista de Venezuela, y se encontraba preso en el cuartel San Carlos, junto a otros parlamentarios acusados, por cierto, de rebelión militar.

El querido y recordado profesor Federico Álvarez, en conferencia titulada “Bolívar y el periodismo” (Barquisimeto, 27-1-1983) refiere que el joven Simón Bolívar trajo una imprenta al país en 1811 desde Londres, al término de su misión diplomática. En 1816, cuando procuraba auxilio en el Caribe, Petión le proporcionó la imprenta que ingresó al país con la invasión de Los Cayos. Y llegó a Angostura con otra que hizo gestionar a Fernando Peñalver, con la cual editó desde 1818 hasta 1822, el Correo del Orinoco.

 

El Libertador Simón Bolívar invitaba a escribir corto, fuerte y picante

Lo acompañaron en esa lid Francisco Antonio Zea, Juan Germán Roscio, José Luis Ramos y Manuel Palacio Fajardo, entre otros intelectuales. Con ellos estuvieron presentes en sus distintas etapas, los editores Andrés Roderic, Tomas Branshaw y William Burrel Stewart, entrenados en el periodismo antillano con manejo de varias lenguas, pues el Correo estaba concebido para circular en el hemisferio y en los centros europeos.

Explica el profesor Álvarez que los públicos que consideraba el periodista Simón Bolívar estaban constituidos por el núcleo conductor del movimiento independentista, “líderes y caudillos díscolos, apasionados, dotados de temperamentos escasamente proclives a la disciplina”, a quienes había que convencer para mantener la cohesión; el liderazgo hispanoamericano en lucha contra el imperio español; y la dirigencia norteamericana y europea, tanto gubernamental como en la esfera de los negocios.

La sección básica la constituyen los documentos relativos a la gestión gubernamental; una segunda reproduce la prensa extranjera; y una tercera recoge la teoría, el pensamiento político de quienes dirigieron el movimiento independentista. Ahora bien, en esas páginas está presente siempre la referencia a los pueblos venezolano y neogranadinos, protagonistas de las luchas.

Como periodista, insiste Álvarez, Bolívar llamaba a escribir artículos “cortos, agradables, fuertes y picantes”, atendiendo a la importancia de los titulares llamativos; y previene contra el estilo retórico y altisonante.

En esta perspectiva la novedad no es formal, sino ideológica, orientada a defender una causa, los principios de un proyecto político; es instrumento de propaganda y legitimación de la Tercera República, y más allá de la reconquista de Venezuela, la unión de pueblos hermanados en la Gran Colombia.

La ética sigue siendo el norte en la era de la comunicaciones globales

LA BATALLA CONTINÚA

En la era de las comunicaciones digitales y globales la lucha continúa. Los recursos tecnológicos son parte fundamental para defender la soberanía. Los estudios de expertos de las Naciones Unidas (Informe McBride, 1980), indicaban desde el siglo pasado que la posibilidad de los países y naciones de contar con recursos actuales para la información y comunicación eran fundamentales para promover su desarrollo y garantizar la defensa de la soberanía nacional. Las desigualdades ya entonces eran abismales en las distintas regiones del planeta.

Los medios informativos donde empresas dinamizan sus intereses como grupos de poder y cuentan con personal subalterno que soporta sus orientaciones tendenciosas.

Por eso, la dimensión fundamental sigue siendo la ética, la utopía que mueve a los profesionales de la comunicación social, para la defensa de la verdad, la libertad de expresión, el manejo ponderado de la información, favorecer la voz de los excluidos.

En esta orientación, los pueblos han constituido importantes referencias de información y redes alternas a los grandes poderes transnacionales de la información. La batalla es desigual, pero se cuenta con profesionales conscientes de su rol histórico. ¡Feliz Día de las y los periodistas al servicio del pueblo!.

T/ Cristóbal J. Alva Ramírez
F/ Archivo CO