Con la obra Espectros la escuela Juana Sujo clausura la celebración de sus 69 años

La obra estrenada en 1882 fue rechazada por la crítica en Europa e inclusive se llegó a prohibir en algunas ciudades por su polémica temática

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Con la puesta en escena de la obra Espectros, bajo la dirección del maestro y dramaturgo Paul Williams y la participación de los jóvenes actores de la institución Gloriped del Valle Zerpa, Luis Alejandro Velásquez, Daniel Jesús Gelvis, Celeste Gil Castro y Franklin José Briceño, concluye la programación especial preparada para la celebración de los 69 años de fundación de la Escuela Superior de Artes Escénicas Juana Sujo.

La función tendrá lugar el jueves 7 de diciembre, a las 3 de la tarde, en el Teatrino de la Escuela Juana Sujo, ubicada en Quinta Crespo, Caracas. La entrada es libre.

“La dramaturgia del noruego Henrik Ibsen es tan compleja que muchos analistas han señalado que sus personajes parecen estar de visita en sus piezas; estaban vivos antes de que la acción comenzara, y seguirán vivos una vez que caiga el telón”, describe una nota de prensa difundida por la Escuela Juana Sujo

Espectros, estrenada en 1882, un año después de su creación, fue rechazada por el público y la crítica escandinava, inglesa y alemana, donde incluso se llegó a prohibir su presentación por el tema que exponía el autor de Casas de muñecas, considerada junto a Espectros como obras maestras del teatro moderno, que provocó tan general indignación por su enfrentamiento con la fatalidad del atavismo y de la herencia patológica, que hace pagar a los hijos las culpas de los padres. Ambas obras desenmascaran el idealismo burgués, la relación entre el matrimonio y el amor, el conflicto de las generaciones y la situación de la mujer en la sociedad de la época.

La obra seleccionada para esta celebración aniversaria es un drama, que gira en torno a la señora Alving, mujer frustrada y viuda de un personaje que veneran todos en el entorno, quien procura dar a su hijo Oswaldo una educación conveniente, marcada por el respeto a su padre. No obstante, el padre era, en realidad, un hombre licencioso que seducía a las criadas, se embriagaba de ordinario y estaba minado por los vicios.

Incluso la señora Alving en alguna ocasión se vio obligada a compartir las orgías de su marido para que no trascendieran al exterior, un día de desesperación huyó de casa y fue a entregarse al Pastor Manders, quien, a pesar de amarla, le ordena volver a su casa antes de producir el lógico y temible escándalo.

T/ Redacción CO
F/ Cortesía Escuela Juana Sujo
Caracas