Freddy J. Melo | Confesión (Opinión)

Los gobernantes para quienes el ejercicio del poder no está signado por el espíritu de servir sino por el de servirse suelen emitir expresiones de tanta desmesura y arrogancia, de tanto desprecio y desconsideración hacia los otros, que uno se llenaría de estupor si no recordara que ellas son apenas pálidos reflejos de la arbitrariedad y a veces monstruosidad de sus acciones.

A vuelo de pájaro acuden a la mente decirles tales como “el Estado soy yo”, “después de mí el diluvio”, “donde pisa mi caballo no nace la hierba”, “ay de los vencidos”, “matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos”, “muera la inteligencia”, “el que no está conmigo está contra mí”, “lo único que esperamos es ser dueños del mundo”, “nuestro patio trasero”, entre muchos más, procedentes de diversas lenguas y épocas, que resumen la intemperancia de los fascismos de todos los tiempos.

Entre nosotros y sin ir muy atrás, en medio de pedruscos y tautologías, como “el hampoducto”, “las multisápidas”, “los áureos lingotes de oro” y otros por el estilo, un personaje ultraconocido, el señor Rómulo Betancourt, acuñó dos terribles y fue invariablemente fiel a su contenido: “las calles son de la policía” y “disparar primero y averiguar después”.

Uno de sus peones de brega dijo “no somos suizos” para justificar alguna tropelía. Y otro a quien se reconocía lucidez, Gonzalo Barrios, hizo de la elaboración de frases ingeniosas, especialmente hacia el final de su vida, una cuasi religión semanal.

Famosa fue aquella según la cual “a Carlos Andrés le hace falta un poco de ignorancia”. Y mucho más lo fue, y en la tesitura de la arrogancia del poder que se sirve a sí mismo, la de que “en Venezuela se roba porque no hay razones para no robar”.

Apoteosis del cinismo, confesión del fracaso de toda una construcción política: la democracia representativa o formal que ellos, los adecos, habían impuesto junto con sus socios copeyanos.

T/ Freddy J. Melo

ALLI TIENEN SU MODELO FRACAZADO PIAZO DE MAPURITES.