Para brindar protección a la fauna|Confirman la existencia de drones en Nicaragua

Diversas instituciones públicas de Nicaragua se encuentran experimentando con el uso de drones y cámaras trampa con el objetivo de brindar protección a la fauna en sus bosques, confirmó el Gobierno y el Zoológico Nacional.

La razón de esos vuelos no tripulados es crear «un mapa exacto de las montañas que a veces no se logra con un satélite», reveló un representante de la junta directiva del Zoológico Nacional, Eduardo Sacasa.

La superioridad de utilizar drones para crear mapas se debe a que estos aparatos brindan datos de forma más rápida que un satélite y, porque vuelan a 100 metros de altura, las nubes no oscurecen el trabajo, señaló el experto.

El mapa creará una mejora para conocer el estado actual y real de los recursos forestales nicaragüenses, que cuenta con una última actualización desde el año 2007, manifestó Sacasa.

El mapa es de alto nivel de importancia y abre la era del uso de drones en nuestro país Nicaragua, para conocer la calidad de bosques en los que reside la fauna nacional, en especial de los grande mamíferos, de acuerdo con el investigador.

CÁMARAS CON TRAMPA

Por su lado, el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) detalló que ha ubicado unas 500 cámaras trampa en varios bosques del territorio, para hacer estudio al comportamiento de la fauna.

Una de estas cámaras captó a un jaguar en un bosque del litoral Pacífico y otra confirmó la existencia de que en Nicaragua existe el oso caballo (myrmecophaga tridactyla), cuya presencia en este país no se había confirmado.

La investigación, que agrega el seguimiento de dantos en la zona Caribe, es respaldada por la Universidad del Estado de Michigan y es apoyada por la Fundación para la Autonomía y el Desarrollo de la Costa Atlántica de Nicaragua (Fadca).

Los bosques tienen una cobertura del 25% del territorio nacional, extensión que equivale a 3,2 millones de hectáreas, pero sus selvas se pierden a razón de 70 mil hectáreas por año, según los registros del Inventario Nacional Forestal.

Texto/La Jornada
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