Las autoridades francesas confirmaron este jueves la muerte de tres personas como consecuencia de las graves inundaciones de los últimos días en el sureste del país, donde varios ríos se salieron de su cauce.
Esta mañana fue descubierto el cuerpo de una mujer cuyo vehículo resultó arrastrado por las aguas que cubrieron una carretera en la comuna de Caunelle, en el departamento de Landes.
La voz de alarma la dieron los vecinos en la tarde del miércoles, pero la búsqueda, que contó incluso con la ayuda de un helicóptero, resultó infructuosa durante toda la noche.
En Hautes-Pyrénées dos septuagenarios, un hombre y una mujer, murieron ahogados este miércoles en incidentes separados.
La crecida de numerosos afluentes se debió a las intensas lluvias en esa región a lo largo de esta semana, así como al rápido deshielo en las zonas elevadas del macizo de los Pirineos.
Jean-Pierre Artiganave, alcalde de la ciudad de Lourdes, donde está el famoso santuario del mismo nombre, describió un paisaje de desolación en ese lugar, anegado por el río Gave de Pau.
Tras el retiro de las aguas el lodo cubre las calles, el interior de muchas viviendas y varios hoteles, con daños muy superiores a los ocurridos el año pasado y que podrían marcar un récord en la historia de Lourdes, aseguró Artiganave.
Las grutas del santuario figuran entre los tres puntos de peregrinación más importantes del mundo y cada año arriban a ellas millones de personas.