Nada pequeña es la lista de aquellos que, para cobrar un sueldo a como de lugar, se hacen pasar por periodistas (con títulos o sin ellos) en las cadenas mediáticas oligarcas.
De ellos suele destacar su estulticia y bajezas pero nada se compara con el espectáculo, cada día más impúdico, de su ignorancia, su pereza mental y su vaciedad de ideas.
Es ese el contexto perfecto para andar por el mundo pavoneando su vocabulario paupérrimo y su arrogancia “famosa” y ese es el ámbito ideal para, por ejemplo, confundir el “clima” con el “tiempo”. Y eso ocurre mundialmente, sin bochorno ni a la hora de cobrar sus salarios.
Algunos son egresados de las universidades o de la “escuela de la vida”, hacen fiestas de graduación, celebran con estruendo sus galardones y cuelgan sus títulos en lugares visibles para hacer creer a todos que, con eso, se tapan las grandes deficiencias comunicacionales que suelen aquejar, precisamente, a no pocos que cobran en los “medios de comunicación”, comenzando con sus deficiencias severas en materia de lecto-escritura elemental.
El colmo es que exhiben sus ignorancias y meteduras de pata ante audiencias grandes y ni se enteran del bochorno en que se baten y debaten diariamente.
Mientras tanto, sonríen y se hacen los simpáticos -y los chistosos- pensando que eso “agrada al público”, que ese es el camino al “éxito” y que la audiencia es una masa de ignorantes a la que cualquier cosa le viene bien mientras se “divierta”.
Y la peor parte ocurre cuando, para anunciar pronósticos climatológicos, dicen sin empacho “veamos cómo estará el tiempo”.
No parece ser eso para lo que los papis mandan a sus hijos a “estudiar”.
No parece ser la comunicación que necesitamos. Y lo exhiben como un logro del sistema. Bochornoso ¿no?