El Gobierno de Estados Unidos, en particular el Secretario de Defensa, Chuck Hagel, enfrenta una creciente tensión por los crecientes escándalos de abuso y agresiones sexuales dentro de las Fuerzas Armadas, lo que ha generado la movilización de legisladores que preparan iniciativas para instar al Pentágono a que actúe rápidamente en la prevención de este delito a través del reforzamiento de medidas preventivas.
La preocupación por el tema se agudizó luego de que el Pentágono presentó la semana pasada un informe bianual que especifica que el números de víctimas por abuso sexual dentro de las fuerzas militares en el año 2012 se ubicó en 26 mil personas, un 37 por ciento más en comparación con los datos del año 2010, cuyas cifras reportaron unas 19 mil 100 personas agredidas sexualmente.
El informe del Pentágono también especifica que de las 26 mil víctimas sólo 3 mil 374 decidieron denunciar el delito, y dio a conocer que entre los implicados en estas acciones ilícitas se encuentran dos militares que tenían bajo su responsabilidad combatir los abusos sexuales, quienes actualmente están siendo investigados.
Los legisladores propondrán aumentar los estándares de entrenamiento y calificaciones de las personas encargadas de los programas de prevención de acosos sexuales, así como trasladar la responsabilidad de la investigación de tales casos fuera de la cadena de mando de las víctimas.
El presidente estadounidense, Barack Obama, debió salir a declarar que “habrá consecuencias” para los responsables de asaltos sexuales dentro de las Fuerzas Armadas, y aseveró que quienes incurren en esas conductas están “traicionando el uniforme que llevan puesto”.