«El mar está convirtiéndose en una tumba y nosotros somos corresponsables de una matanza, de un crimen»|Conmueve en la Berlinale documental sobre la travesía de los refugiados para llegar a Europa

Jornada de propuestas intensas la vivida hoy en la Berlinale con las dos películas presentadas a concurso: el documental sobre la llegada de refugiados a Europa Fuocoammare, del italiano Gianfranco Rossi, y el drama L’avenir, de la joven directora francesa Mia Hansen Love.

Ambas propuestas fueron aplaudidas, pero la ovación más sentida se la llevó el italiano Rossi, que cuando entró en la sala de prensa fue aplaudido durante varios minutos y con numerosos periodistas en pie.

La razón: haber puesto rostro a ese infierno que viven los refugiados para llegar a Europa.

Rossi se marcha a la isla italiana de Lampedusa, ubicada a apenas 20 millas de las costas africanas y a 70 del resto de Italia. Ese tramo del Mediterráneo se ha convertido en un cementerio para miles de personas que huían de conflictos armados, represión política o sencillamente intentaban buscar un futuro mejor.

La cámara del director humaniza esas noticias con fríos datos estadísticos mostrando a las personas que llegan, la desesperación de su rostro cuando han perdido a alguien, su extenuación, su alegría por haber vencido a la muerte, pero también refleja a la gente de Lampedusa.

En especial sigue a un muchacho de la isla de 12 años, que todavía va a la escuela pero ya empieza a aprender a salir al mar. Su historia, una metáfora de que la vida continúa, sirve para contrarrestar la intensidad de otras imágenes, a pesar de que el realizador prácticamente no recurre a testimonios ni abusa de relatos dramáticos. Tampoco los necesita, las imágenes de las bolsas con los cadáveres, de los cuerpos deshidratados y casi inertes, la desolación en algunos inmigrantes hablan por sí solas.

«Toda película es política, pero esta es además el testimonio de una tragedia que sucede delante de nuestros ojos», dijo el realizador en Berlín.

«El deber de la política es asumir una responsabilidad, no sólo en Europa, sino en todo el mundo», insistió Rossi, cuyo anterior trabajo «Sacro GRA» se alzó con el León de Oro en Venecia hace dos años.

«El mar está convirtiéndose en una tumba y nosotros somos corresponsables de una matanza, de un crimen», agregó.

Rossi (nacido en Eritrea en 1964) acudió a la Berlinale con el doctor Piero Bartolo, que desde 1991 asiste a los refugiados cada vez que llega a la isla. Su conmovedor testimonio es uno de los pocos que se escuchan en la película. Bartolo habla de lo duro que sigue siendo enfrentarse a la tragedia de todas esas vidas truncadas, a las que además tiene que hacer una inspección forense.

Si el trabajo de Rossi fue aplaudido, tampoco quedó atrás L’avenir, de la francesa Mia Hansen-Love, una de las dos mujeres directoras en la competición.

Tras tratar el amor en parejas jóvenes en sus anteriores trabajos, Hansen Love (Paris, 1981) aborda la relación de una mujer madura, una profesora de filosofía, cuyo marido, también profesor de filosofía, la deja por otra mujer.

La directora huye de escenas dramáticas y propone un personaje fuerte, una mujer intelectual que hace frente a su situación sin autocompasión, básicamente porque -al igual que en sus anteriores trabajos- en realidad está tratando la fugacidad de la vida. «El tiempo se nos escapa», señaló la directora, que sigue indagando por el sentido de la existencia.

La protagonista «es una mujer que en su interior es fuerte y no espera mucho de los demás. Las repuestas las encuentra uno dentro, no fuera, y eso lo muestra esta mujer. Ella se nutre de filosofía y eso le ayuda en esta situación», explicó la actriz que la encarna, la francesa Isabelle Huppert.

«No es frecuente ver en el cine a una mujer intelectual», agregó la actriz francesa, que el próximo mes cumple 63 años y que elogió a la directora por la precisión al retratar a la protagonista, que representa la mujer emancipada, que no se derrumba, que sale adelante con determinación.

F/La Jornada
F/AFP