Conoce y disfruta las bondades de los probióticos y prebióticos

¿Has oído hablar de los probióticos o prebióticos? Estos se encuentran en ciertos alimentos, que preparados de la manera adecuada serían una excelente opción para aprovechar los grandiosos beneficios de estos alimentos funcionales para el organismo; en esta oportunidad, el Instituto Nacional de Nutrición (INN), le invita a descubrir sus beneficios, acompañado de una rica y distinta preparación a base de remolachas.

Los probióticos son todos aquellos componentes que optimizan la salud más allá de sus aportes nutricionales, uno de sus grandes beneficios, es su contribución en el funcionamiento del sistema inmune, pero también es un aliado del buen estado y funcionamiento de la flora intestinal y de la mejora de problemas digestivos como la diarrea o la intolerancia a la lactosa.

De igual forma, estos evitan que microorganismos nocivos para la salud proliferen en los intestinos, en la absorción de vitaminas, enzimas, ácidos grasos y minerales como el calcio, el hierro o el magnesio. Mayormente se encuentran en productos lácteos fermentados como el yogurt, leche, quesos, pero también alimentos no lácteos fermentados.

Por otro lado, los prebióticos son sustratos indispensables para ciertos microorganismos de la flora o microbiota intestinal, y se pueden encontrar en frutas, verduras, legumbres, entre otros, atribuyéndoseles beneficios en las patologías infecciosas del intestino, alergias y la disbiosis que es el desbalance de microorganismos en la microbiota.

A continuación, el INN le brinda unas remolachas fermentadas que te ayudarán a disfrutar de las virtudes de estos alimentos.

Remolacha fermentada

Ingredientes para la salmuera:

1 litro de agua.

4 cucharadas de sal.

Ingredientes para la fermentación:

2 remolacha fresca cortada en trozos, rodajas de 5 mm o en bastones de 1 cm.

1 cuchara de jengibre fresco en rodajas finas. (Opcional)

Preparación de la salmuera:

Coloque en un vaso el agua y la sal, mezcle por 10 minutos. Vierta la salmuera en una jarra y deje enfriar.

Preparación de la fermentación:

Repartimos la remolacha y el jengibre en 4 envases de vidrio previamente esterilizados. Vertemos la salmuera hasta cubrir completamente la remolacha y cerramos los envases. Dejamos los envases en un lugar oscuro a temperatura ambiente durante 2-3 días para que comience la fermentación.Una vez que empieza a fermentar, mantenemos de 2 a 3 semanas a temperatura ambiente hasta que adquiera la acidez que más le guste. Reservamos  en la nevera asegurándose de que la remolacha sigue bien cubierta por la salmuera. Utilizamos como acompañamiento de cualquier comida.

TyF/Prensa INN