Por Malú Rengifo|Constituyamos (Opinión)

“¿Poder Constituyente?

¿Y qué es eso?”

Antes de hablar del Poder Constituyente, les quiero presentar al Poder Constituido:

El Poder Constituido es lo ya establecido, ese interminable organigrama de nombres y cargos en forma vertical, en cuyo orden y establecimiento no tiene nada que ver el Poder Popular. La enorme lista de funcionarios que trabajan para un pueblo que no sabe quiénes son. La institución que pugna por perpetuarse y asegura estabilidad a sus trabajadores a cambio de la entrega absoluta, leal y desenfrenada del tiempo de vida de los mismos.

El Poder Constituido es la cara de perro Bulldog de un funcionario obligado a pasar su vida haciendo algo que no le corresponde, con tal de que la ministra o el ministro estén contentos. Es el discurso mecánico y vacío que ya no surge de un interés del alma, y que por mucho que lo mediaticen, cada vez convence a menos incautos.

Ahora, el Poder Constituyente… ese es harina de otro costal.

Es la renovación contante del orden de las cosas, para que nada se estanque, para que poco se pierda, para que nadie detenga el desarrollo de la Revolución en nombre de su comodidad y la preservación del orden establecido que se la garantiza.

El Poder Constituyente es el Poder Popular. Ese que en muchas ocasiones no está muy de acuerdo con las decisiones del partido, pero que acude desenfrenado a demostrar que ahí está, leal ante toda circunstancia al proyecto revolucionario, y cuyo objetivo es la llegada de un día en el que ni una mínima cuota de poder se distribuya partir de convenios subrepticios.

El Poder Constituyente no es exclusivamente aquel que en 1999 decidió escribir una nueva Constitución, sino que es, en efecto, un organismo vivo, conformado por patriotas creadores, soñadores, que trabajan y piensan, disfrutan y discuten, y a veces hasta sufren el no poder vivir sin ideales.

malurengifo@gmail.com