Corea del Norte, otro amigo incondicional de Venezuela

Semanas atrás visitó Venezuela el presidente de la Asamblea Popular Suprema de la República Popular Democratica de Corea, Kim Yong Nam, que fue considerada como la primera de un funcionario de tan alto nivel a Venezuela. El viaje de Nam a Caracas fue precedido de encuentros de carácter diplomático y parlamentario. De un posible estrechamiento de relaciones entre Corea del Norte y Venezuela se venía hablando desde hace un tiempo con bastante insistencia.

Kim Yong Nam sostuvo en Caracas un encuentro privado con el presidente Nicolás Maduro. Con el canciller Jorge Arreaza firmó dos acuerdos. Igualmente se reuniría con Diosdado Cabello, presidente de la ANC.

Su agenda incluyó una visita al Panteón Nacional, donde rindió honores al Libertador Simón Bolívar y al Cuartel de la Montaña, donde hizo lo propio con el comandante Chávez.

De la reunión entre Maduro y Yong Nam apenas trascendió un tuit del Presidente venezolano: “Reunión de trabajo con Kim Yong Nam, presidente del Presídium de la Asamblea Popular Suprema de la República Popular Democrática de Corea, para trazar estrategias que proyecten el desarrollo común de nuestros pueblos”.

Nam y Jorge Arreaza firmaron un memorándum de entendimiento político relativo a consultas entre los ministerios de Relaciones Exteriores de cada país. Además, firmaron otro acuerdo sobre la supresión de visas de pasaportes diplomáticos.

La Cancillería venezolana señaló en su cuenta en Twitter que con los acuerdos ambos países ratifican el empeño conjunto «por un mundo multipolar y el respeto a la autodeterminación y soberanía de los pueblos».

La visita de trabajo de Kim Yong Nam a Venezuela ocurre después de que el canciller Jorge Arreaza sostuviera una reunión, en septiembre de este año, con su par norcoreano, Ri Yong Ho, en el marco del periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, y luego de que Darío Molina, viceministro para Asia, Medio Oriente y Oceanía, integrara la delegación que viajó a Pyongyang, la capital, para participar en le celebración del 70° aniversario de la fundación de la República Popular Democrática de Corea.

La representación de Venezuela en Nor Corea estuvo encabezada por el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para Asuntos Internacionales, Adán Chávez, y conformada además por los constituyentes Saúl Ortega y Tania Díaz, junto el viceministro Molina, el consejero de la Embajada de Venezuela en Beijing, Mauricio Bardinet Tatá, y el agregado de Defensa ante la República Popular China, general de división Bertilio Pérez. La comitiva venezolana asistió al desfile militar y de masas en conmemoración del 70° aniversario de la Fundación de la República Popular Democrática de Corea, y se reunió con Kim Yong Nam, presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo.

Al inicio de este encuentro, el vicepresidente del PSUV para Asuntos Internacionales entregó al presidente de la asamblea una carta signada por el presidente Nicolás Maduro en la que felicita a la RPDC por el 70° aniversario de su fundación.

Kim Yong-nam, además de Venezuela, visitará Cuba y México.

Según el canal multiestatal Telesur, la visita de Kim Yong-nam, quien llegó al frente de una delegación, obedece al propósito de afianzar las relaciones bilaterales en aspectos económicos y comerciales y lograr acuerdos de cooperación mutua.

En mayo de este año, Kim Yong-nam -quien además es presidente honorífico de Corea del Norte y quien representa al líder norcoreano Kim Jong-un en viajes institucionales- felicitó a Nicolás Maduro por su triunfo en las elecciones presidenciales del domingo 20 de mayo.

“Por otro lado”, señala Telesur, la visita de Kim Yong-nam a México “se da en el marco de la asunción a la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador, este sábado 1 de diciembre. Un histórico cambio de mando, en el que están puestos los ojos del mundo, debido al triunfo de la izquierda en el país latinoamericano de América del Norte”.

Lucha común

De los pormenores y alcances de la visita de Kim Yong-nam a Caracas trascendieron pocos detalles. Sin embargo, Diosdado Cabello abundó en términos principistas, en cuanto a los pormenores del encuentro con el alto funcionario, realizado en la casa Amarilla.

“Hablamos de las relaciones que se están dando en el mundo para contrarrestar la ofensiva imperialista, como el Movimiento de Países No Alineados, los organismos creados en Venezuela en tiempos de revolución, para la unidad latinoamericana, necesarios para hacer frente a todos los ataques, Unasur, ALBA, Celac, Petrocaribe. Corea esta dispuesta a copiar esos esfuerzos y darle permanencia y también a cooperar con nosotros, dado que estamos en la misma situación, la lejanía impide una relación más frecuente y más cercana, pero la cercanía ideológica nos permite trabajar juntos en el mismo proyecto, para proteger la paz de los pueblos”, expuso el presidente de la ANC.

Agregó Cabello: “Tenemos relaciones plenas y directas con Corea del Norte, con su embajador en Venezuela, hemos tenido conversaciones sobre los planes de cada nación y la lucha común que enfrentamos, por la libertad de los pueblos y contra el imperialismo”. “Hablamos de la integración y de la complementariedad en las relaciones, no solo en lo político, en lo militar, económico. Sabemos del esfuerzo que ha hecho Corea del Norte en resistir y vencer, y hasta ahora han tenido un saldo positivo, no ha podido el imperialismo contra ellos”, señaló.

Cabello describió a Kim Yong Nam como una figura extraordinaria, reconocido en muchas partes del mundo, legendario por su permanencia en el tiempo y su sabiduría y lleno de mucha fuerza.

“Nos trajo el mensaje de un pueblo dispuesto a seguir luchando y que resiste, y nosotros, desde aquí, le dimos nuestra humilde experiencia de luchar contra un vecino cercano, Estados Unidos, que se empeña en imponerle a Venezuela y al mundo sus deseos como si fuesen órdenes, y nosotros nos hemos negado desde los tiempos del comandante Chávez y ahora con el presidente Nicolás Maduro”, dijo Cabello.

El presidente de la ANC destacó: “Esta visita es sumamente importante para nuestro país, uno se entera de cómo la derecha hace sus planes, dijeron que Corea se prepara para una transición en Venezuela, y es la transición hacia el socialismo la que estamos buscando y acudimos a la asesoría de países con vasta experiencia en este campo y para enfrentar las infamias contra nuestros pueblos que vienen del imperialismo, dirigidas para hacer daño”.

Bajo asedio

Situada en el este de Asia, Corea del Norte tiene una superficie de 120.540 kilómetros cuadrados y una población de 25.490.965 personas. Su capital es Pionyang y su moneda el won norcoreano.

La península coreana, después de la Segunda Guerra Mundial, fue dividida en dos zona, en donde se crearon gobiernos independiente, la del norte, bajo el apoyo de la Unión Soviética, y la del sur, con Estado Unidos. En 1950 estalló la guerra de Corea, que concluyó con un armisticio firmado en 1953; oficialmente los dos países siguen en guerra ya que todavía no se ha formado un tratado de paz.

Sobre Corea del Norte, la prensa internacional ha arrojado una feroz campaña calificándolo de dictadura atroz o totalitaria y de régimen tenebroso.

En Corea del Norte los medios de producción son propiedad del Estado a través de empresas estatales y granjas colectivas. La mayoría de los servicios como la sanidad, la educación, la vivienda y la producción de alimentos están subvencionados o financiados por el Estado. La alfabetización de sus habitantes es del 100 por ciento y casi toda la población ha recibido educación primaria y secundaria.

En artículo publicado en el portal de Telesur el sociólogo e intelectual argentino Atilio Borón, a raíz de las tensiones entre las dos Coreas, el año pasado, desmontó la sarta de mentiras arrojadas por los medios de información que han hecho de Corea del Norte la “encarnación misma del mal” y de EEUU y sus aliados una suerte de ángeles virtuosos solo interesados en la democracia, la paz, la justicia, la libertad y los derechos humanos.

“Para comenzar”, asienta Borón, “hay que reconocer que ese belicoso régimen de la península coreana no ha invadido ni amenazado ni agredido a país alguno desde que lograra, a sangre y fuego, su independencia con la derrota del Japón en la Segunda Guerra Mundial. Había estado bajo la feroz ocupación nipona desde los tiempos de la Guerra Ruso-Japonesa de 1905. Pero tal como ocurriera en Cuba en 1898, los norteamericanos se apoderaron de la victoria coreana y avanzaron hacia el norte para derribar al gobierno revolucionario. Lo que siguió fueron tres años de guerra contra un pueblo heroico que se había desangrado, como Vietnam, en su lucha contra el opresor japonés. Y el país quedó partido en dos. La historiografía oficial y la canalla mediática se han preocupado por impedir los crímenes de guerra perpetrados por Washington y sus aliados en esos años, y simultáneamente, presentar a Corea del Norte como un desastre absoluto y a sus líderes, los anteriores como el actual, Kim Jong-Un, como un psicópata descerebrado que le apasiona jugar con el modesto arsenal nuclear que tiene su país”.

Borón agrega después: “Días atrás Mike Whitney, un estadounidense especializado en el análisis de la política internacional, publicó un excelente artículo en el periódico digital Counterpunch que arroja luz para entender en toda su complejidad los acontecimientos en la península coreana. En esa nota, sugestivamente titulada “El problema es Washington, no Corea del Norte” Whitney recuerda que en los 64 años transcurridos desde la finalización de la Guerra de Corea el Gobierno de Estados Unidos hizo todo lo que estuvo a su alcance para castigar y humillar a Corea del Norte. Provocó letales hambrunas; le impidió a Pyongyang la llegada de capitales extranjeros y de acceder a mercados externos y créditos internacionales que jamás les negó a regímenes criminales como los de Pinochet, Videla, Stroessner, Somoza y otros de su calaña; le impuso tremendas sanciones económicas y como si lo anterior fuera poco instaló –con el consentimiento del Gobierno cliente de Corea del Sur- baterías de misiles y bases militares a lo largo de la frontera en el Paralelo 38. Pese a estas brutales presiones –infligidas por supuesto en nombre de la democracia y los derechos humanos- Corea del Norte no sucumbió a la extorsión mafiosa de Washington y no hay señales de que vaya a hacerlo ahora. En lugar de ello, desarrolló un pequeño arsenal de armas nucleares como único disuasivo a un eventual ataque de Estados Unidos y sus gendarmes regionales: Corea del Sur y Japón”.

Armada hasta los dientes por si se les ocurre

La condición de país hostigado y asediado por más de 50 años ha obligado a Corea del Norte, como mecanismo de disuasión, a desarrollar su industria pesada y dominar la tecnología nuclear.

La prensa europea tiene publicaciones indicativas de que Norcorea posee entre 15 y 20 bombas nucleraes, aunque según los servicios secretos de EEUU puede llegar a 60, con poder de destrucción de entre 10 y 25 kilotones. Además tiene suficiente uranio y plutonio enriquecido para fabricar entre 30 y 60 bombas adicionales.

En cuanto a los misiles se ha publicado que dispone de cerca de un millar de misiles de varios alcances, así como cohetes intercontinentales capaces de alcanzar cualquier punto del territorio estadounidense.

“Entre todos los misiles, la estrella es el Hwasong-15. En su prueba de noviembre -la última antes de que Corea del Norte declarara unilateralmente una moratoria- alcanzó una altura de 4.475 kilómetros y recorrió una distancia de otros mil antes de caer al mar. Con esos datos, los expertos calcularon que podría cubrir una trayectoria de 13.000 kilómetros”, señala una nota del diario español El País.

“Según cálculos de los ministerios de Defensa de EE UU y Corea del Sur”, publicó el mismo diario, “recogidos en un infomre del Consejo de Relaciones Exteriores estadounidense, Corea del Norte contaba entre 2015 y 2016 con más de 1.300 aviones, 300 helicópteros, 430 buques de combate, 250 barcos anfibios, 70 submarinos, 4.300 tanques, 2.500 vehículos blindados y 5.500 lanzaderas múltiples. Aunque, según las estimaciones de los expertos, buena parte de ese equipamiento está obsoleto. Las sanciones internacionales han impedido que se modernizara”.

Corea del Norte “ha pagado un precio muy caro para lograr una fuerza potente y fiable que nos permita defendernos”, dijo el año pasado su viceministra de Exteriores, Choe Son-hui, ante las posibilidades de que el país abandonara su programa de defensa.

T/ Manuel Abrizo
F/ Archivo CO
Caracas