El domingo 30 de agosto de 2009 circuló el primer número del Correo del Orinoco, fundado en esta nueva era por el comandante Hugo Chávez, quien firmó el editorial colocado en la columna del costado derecho de la primera página. El titular principal de aquel día histórico, a dos renglones en el centro de la página, parece escrito hoy, diez años después: “Estados Unidos prepara cerco contra Venezuela”. Con la pequeña diferencia de que hoy el imperio estadounidense paso de los preparativos y las amenazas a la acción directa de acoso y agresión contra el pueblo venezolano y su Revolución Bolivariana. Ayer, como en estos tiempos, el periódico se caracteriza por mantener ese espíritu combativo que emana al ojear sus páginas, a la par que enarbola su compromiso de acompañar al noble pueblo venezolano en su lucha por construir la “patria buena”, como pregonaba Chávez.
“El Correo del Orinoco es un cohete libertario, y fue así como lo creo el Libertador, aquel año de 1818. Es así como debe seguir siendo hoy este pertrecho de la artillería del pensamiento, que en la guerra por alcanzar nuestra definitiva independencia, está llamado a ocupar el sitial de los disparos gruesos y de ablandamiento del terreno enemigo, caracterizado por el terrorismo mediático”, señaló el comandante Chávez en el segundo párrafo del editorial con esa clarividencia y visión certera que lo caracterizó.
Antes de la salida del primer número se editaron dos número 0, en los que se ajustaron los mecanismos que conlleva a la elaboración de un periódico en áreas administrativas, de redacción, diseño, impresión, archivo, distribución. Un excelente plantel humano de periodistas, fotógrafos, diseñadores, coincidió felizmente en la hechura del naciente medio impreso, que desde sus primeros números dejó un grato sabor de buen periodismo sin caer en el resbaladizo terreno del planfleto, pero tampoco sin dar concesiones a la “canalla mediática”.
El Correo del Orinoco impactó por la frescura, calidad y profundidad de sus trabajos, su excelente diseño y diagramación, así como por su fotografía.
Un contraste desde el punto de vista informativo y de las matrices mediáticas encuentra al Correo del Orinoco de hoy, que navega en las mismas aguas turbulentas de 2009 y afronta las mismas tempestades y con idéntica tarea de desmontar noticias falsas y todo tipo de mentiras, mientras que por otro lado se ocupa de anunciar las verdades, iniciativas y logros de la Revolución con absoluto apego a la ética y a la verdad.
Por aquellos días, el comandante Chávez se estrenó como columnistas con “Las líneas de Chávez”, página de opinión que se publicaba todos los domingos.
Entre los fundadores, agrupados en un denominado “equipo promotor” figuran: Arturo Cazal, Alberto Cova, Vanessa Davies, Blanca Eekhout, Cristina González Q., Judith Herrada, Manuel López, Jesús Manzanares, Lisbeth Montell, Dubrasca Moya, Carlos Ortis, Iván Padilla Bravo, Jerónimo Pedraza, Yuri Pimentel, Zaida Rauseo R., Modaira Rubio, Angel Urbáez. Además, aparecen firmando notas, Chevige González Marcó, Fredy Muñoz Altamirano, Mayra Pardo Calderón, Pedro Calzadilla (un artículo sobre historia), Jimmy López, Marcos Vega, Gustavo Rangel, Jairo Galán, María Mercedes Cobo, Marco Vega Ardila, Eva Golinger, Yasmín Rada.
Los pioneros
Desirée Santos Amaral, hoy directora del Correo del Orinoco, al evocar a aquellos pioneros lo hace con muestras de cariño y admiración.
“Recordar a Vanessa Davies, una gran periodista que queremos mucho en el Correo del Orinoco. Ella inició esta propuesta. El presidente Chávez fundó este proyecto e hizo el primer editorial, donde dice que este periódico va a ser la artillería del pensamiento de estos tiempos”, señala Desirée Santos en su pequeña oficina, mientras que en el televisor encendido al frente del escritorio, el presidente Nicolás Maduro informa al país sobre el relanzamiento de la “Fábrica de Fábricas Hugo Chávez Frías”, ubicada en Anaco, estado Anzoátegui, el cual representa, como parque tecnológico, un gran salto en el proceso de industrialización criolla.
Vanessa Davies, aunque nunca se asumió como “directora”, condujo la primera etapa del Correo del Orinoco, acompañada de un brillante grupo de profesionales y periodistas que colocaron al periódico, más allá del nombre que heredó del original fundado en Angostura por Simón Bolívar en junio de 1818, en un lugar de vanguardia dentro del periodismo criollo de los últimos años.
“Entonces”, agrega Desirée, “recordar a Vanessa y a todos los que estuvieron en ese momento dándole vida a este proyecto tan lindo, y todos los que han pasado por el Correo del Orinoco durante estos diez años, vaya nuestro reconocimiento y recuerdo con mucho afecto. Y al equipo actual que está rodilla en tierra todo mi afecto, mi respeto, mi cariño, y sobre todo expresarle al pueblo venezolano, a nuestros lectores que nosotros vamos a estar aquí cada vez todos los días haciendo el Correo del Orinoco para que la verdad de Venezuela llegue”.
Redes y radio web
En una postura reflexiva sobre la que han sido estos años, Amaral apunta que llevamos diez años luchando contra la mentira, contra las llamadas “fake news” y contra toda esa guerra mediática desatada contra la Revolución Bolivariana. Considera que el momento actual es particularmente álgido y el más difícil por el cual ha atravesado este proceso revolucionario. Especifica que estamos frente a una coyuntura muy dura para el pueblo venezolano, muy dura para los patriotas y muy dura para el presidente Nicolás Maduro y su equipo de gobierno, que ha tenido que enfrentar una arremetida nunca vista contra gobierno alguno.
“Sin embargo”, sostiene, “yo creo que la misma dignidad con la que ha actuado el pueblo venezolano, con la que ha actuado el Gobierno Bolivariano al frente
del cual está el presidente Nicolás Maduro, en esa misma línea se ha conducido el Correo del Orinoco. Es la misma dignidad. Este ha sido un equipo que ha tenido sus bajas importantes, así como muchas empresas del país, gente que se ha ido, ha tomado otros caminos, otros rumbos, ya sea porque la situación es muy difícil, pero aquí queda un gran equipo dándole la cara a la situación y poniendo de todo, rodilla en tierra, para que la verdad florezca, para que no haya manipulación, para desmentir y desmontar las cosas que se colocan contra la Revolución Bolivariana y sobre todo para hacer un periodismo con ética.
Indica que en este país están ocurriendo cosas, se han logrado avances, conquistas y pequeñas y grandes victorias que no se dan a conocer, o a veces se opacan por el predominio mediático de una imposición de lo negativo como tendencia noticiosa.
Sin embargo, Desirée Santos Amaral destaca el espíritu de resistencia, la lección de dignidad dada por el pueblo venezolano al enfrentar las vicisitudes derivadas del acoso, del bloqueo criminal y de la guerra económica a que ha sido sometido durante muchos años por el imperialismo estadounidense y los lacayos internos. Y en medio de esta cruda y difícil realidad resalta el coraje, la sapiencia y la férrea voluntad con la que el presidente Maduro ha conducido las riendas del país, preservando la paz a toda costa y protegiendo a los más desfavorecidos de las heridas de la guerra económica.
“Por eso es que yo creo que es importante que este periodismo que se hace en el Correo del Orinoco se mantenga al lado de las luchas del pueblo y al lado del Gobierno Bolivariano, que no es otra cosa que al lado de la paz, de la defensa de la soberanía, de la tranquilidad del país.
– ¿Cómo asumir el reto de redes sociales?
-El presidente Nicolás Maduro ha dicho, y estamos a la espera, ya que depende de las posibilidades económicas que tenga el país, para el impulso de nuestras redes sociales, adecuar la plataforma tecnológica para que nuestra página web, redes, Instagram lleguen a mayor número de personas. El Presidente ha sido reiterativo en el abordaje de las redes sociales y de darles ímpetu a las nuevas tecnologías. Estamos esperando el apoyo concreto para desarrollar toda la plataforma tecnológica y todo lo que significa la multimedia. Incluso la posibilidad de tener una radio por internet. Todas esas cosas las tenemos prefijadas en nuestros planes.