En Japón, el país con la población más longeva del mundo, numerosas empresas apuestan por crear robots para paliar la sensación de aislamiento de los mayores que viven solos. El benjamín es Smiby, un bebe ávido de mimos que demanda constantemente la atención de su veterano «progenitor».
El robótico bebe, que mide 44 centímetros de largo, pesa 1,2 kilos y está hecho de plástico y silicio, está especialmente diseñado para reaccionar cuando sus «padres» lo acunan, gracias a un sensor.
Vestido con un ropón blanco aterciopelado coronado con un cordón rosa y dos suaves pompones, Smiby está programado para reír cuando lo cogen y sonrosar sus mejillas cuando está contento.
Mira el robot que crearon para ayudar con la soledad que viven algunos abuelos:
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