La Canalla Mediática, por Armando Carías|Credo de la comunicación

“…Creo en los poderes creadores del pueblo”, así reza en una de sus líneas el muy conocido y hermoso Credo de Aquiles Nazoa, uno de los tantos textos poéticos que nos legó “El Ruiseñor de Catuche”.

Sin pretender, en absoluto, acercarnos a la sensibilidad y al talento literario de Aquiles, se nos ocurre proponer la escritura del Credo de la Comunicación, una suerte de manifiesto en el que se plasmen los anhelos de quienes también creemos en “los poderes comunicadores del pueblo”.

Ese hipotético escrito podría comenzar invocando la maravillosa posibilidad que todos los seres humanos tenemos de expresarnos por medio del don de la palabra y el prodigio del gesto, portadores de los códigos que abren las puertas para el encuentro, que es ese y no otro, el objetivo supremo de la comunicación.

“Creo en la libertad de información, diría en alguno de sus párrafos, como derecho fundamental que consagra el Código de Ética del Periodista Venezolano, y en la responsabilidad de hacerlo oportuna y verazmente”.

“Creo en la fortaleza de aquellos comunicadores que sabrán resistir las presiones que puedan provenir de los dueños de los medios que busquen tergiversar la información”.

El Credo que proponemos podría referirse al derecho a réplica que todo medio debería garantizar a quienes se vieran afectados por informaciones falsas o malintencionadas.

“Creo en el periodismo como un servicio de interés colectivo, y en la libertad de expresión que no renuncia a la responsabilidad que tiene todo aquel que ejerce la sagrada tarea de comunicar”.

“Creo en la verdad como norma irrenunciable, creo en la defensa del idioma y de la nacionalidad, creo en el respeto a la vida privada, en la obligación de verificar la información recibida y, finalmente, creo en los poderes comunicadores del pueblo y creo en mí, porque, lo mismo que Aquiles, se que alguien me ama”.

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Caracas