Una granja de cría de tortugas marinas en Islas Caimán genera preocupación entre la comunidad internacional, pues la instalación incumple las normas establecidas y contamina el océano, según un informe revelado este martes.
La auditoría realizada también arrojó graves problemas financieros: la instalación solo se sostiene con préstamos del gobierno y otras inyecciones proveniente de fondos públicos, difunde el sitio electrónico caymannewsservice.com
En diciembre último, un equipo técnico inspeccionó el centro de cría con el objetivo de determinar si cumplía las normas necesarias en esa actividad.
Según la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA, por sus siglas en inglés), la granja ubicada en West Bay, la segunda localidad más poblada luego de la capital, tiene condiciones pésimas y viola diversas regulaciones.
Ante esa situación, grupos ecologistas y organizaciones defensoras de los animales ejercen presión a las autoridades para acabar con la cría indiscriminada de tortugas marinas y convertir el lugar en un centro de conservación real.
Miles de ellas viven hacinadas, con mutilaciones y enfermedades, expone la SWAP y cuestiona la propuesta de conservación por el bajo número de animales liberados a su entorno natural cada año.
Esta granja constituye uno de los principales atractivos turísticos de la isla Gran Caimán, la principal de este territorio británico de ultramar, donde está permitida la captura y comercialización de esa especie marina.