POR: EMILIO HERNÁNDEZ

____________________________________________________________

Estamos aún en una fase de euforia con respecto a la creación del petro, una novedad para la mayoría de los venezolanos, que no saben exactamente cómo se van beneficiar pero ven en las criptomonedas la tierra prometida, la tierra de nunca jamas, una esperanza mágica.

Quiero insistir en que considero la creación del petro como una gran idea y que creo firmemente en que el petro puede ser la tabla de salvación de la economía venezolana, incluso de la Revolución Bolivariana. Pero el diablo está en los detalles.

Aún no hemos llegado a la conceptualización social del petro. De la retórica oficial se deduce que estamos cifrando esperanzas en el petro como instrumento capitalista especulativo. Estamos obnubilados por el potencial de las criptomonedas como inversión de riesgo (una lotería) y por la minería como actividad de poco trabajo y mucho lucro.

Tenemos que pasar esta página lo antes posible por el bien de la patria. ¿Dónde esta el beneficio de una propuesta en la que el petro se vende con descuento a inversionistas extranjeros para que éstos puedan revendérselo a los venezolanos en un mercado secundario con ganancia y a precio de dólar libre?

Necesitamos una visión económica del petro que tenga impacto social. La clave es que pueda servir para revaluar el bolivar, para lo cual el petro necesita estabilidad en lugar de volatilidad.

La revaluación nos beneficiaría a todos y no a unos pocos inversionistas. La conceptualización del petro como divisa venezolana, con un circulante internacional en esa moneda y con paridad fija bolivar-petro tendría impacto social inmediato, por su respaldo al bolivar, la moneda en que se pagan nuestros salarios.

Sería un petro definido en función del pueblo venezolano y no de unos pocos especuladores de esa región de fábula llamada criptolandia.

emiliofhg@gmail.com
Caracas