PUNTO CRÍTICO
POR: ROY DAZA
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“El culto cristiano no se alimenta de mitos, como ocurría entre los pueblos vecinos a Israel. Como el culto de los hebreos, el culto cristiano se alimenta de hechos históricos. Nuestro Dios no es el dios del capital. Nuestro Dios es el dios de Abraham, de Moisés, de Josué, de jeremías, de Amós, de Jesús, de Ambrosio, de Francisco de Asís, de Bartolomé de las Casas y de Oscar Romero…
“… No es el Dios de la muerte que convive con la tortura, la miseria, la falsedad y la opresión. Es el Dios de la vida que se manifiesta (Teofonía) en la repartición de los bienes, en la socialización de los frutos de la tierra y del trabajo del hombre (dimensión eucarística de la historia), en la fraternidad social”.
Son estas las palabras de Frei Betto, cuando expone sobre el compromiso cristiano con Nicaragua, que también podría ser Venezuela, o Mozambique, o India, o Grecia, o cualquier sitio donde la gente sufra y sea sometida a la esclavitud asalariada.
El sentido de la liberación no es solo un concepto político, en el estricto sentido, es también un asunto ético; es, en definitiva, una actitud, una decisión, la que se compromete con el dolor de cada ciudadano, la que se levanta ante las injusticias.
Cuando el día de la natividad se acerca, la gente suele encontrarse, las familias se buscan, los amigos se abrazan, es quizá eso lo que significa la comunidad, sí, la comunidad de la que hablaron los primeros cristianos de la historia, esos que fueron vilipendiados, que fueron crucificados, que fueron perseguidos con saña.
Es hermoso el llamado anual a tener una “Feliz Navidad”, pero lo es mas: “comunidad de bienes y de trabajo”, de las que nos habla Betto.
El compromiso cristiano auténtico es aquel que se ocupa de los seres humanos, antes que del capital.