La casona donde “nació la libertad de América”|La Cuadra de Bolívar: un reencuentro con la historia

La morada predilecta del Libertador data de 1750. Cuentan que allí, a la sombra de los árboles, el Bolívar niño recibió sus primeras letras.

La Cuadra Bolívar perteneció a Juan Vicente Bolívar y Ponte. Está ubicada cerca del río Guaire, en las esquinas de Piedras a Bárcenas en la capitalina parroquia Santa Teresa.

Los registros históricos refieren que en 1808 fue centro de reuniones independentistas conocidas entonces como la “conjura de los Mantuanos” y donde el Libertador recibió los primeros planes de emancipación.. Y es por eso, que el científico, escritor y maestro Francisco Rísquez, propuso que se colocara al frente de la casa una placa con la inscripción: «Aquí nació la libertad de América».

En 1959, la llamada Cuadra de Bolívar es declarada Monumento Histórico Nacional. La obra, que ocupa media manzana, es una edificación civil de estilo colonial.

La Casa Museo Cuadra Bolívar había pasado al abandono durante los gobiernos de la IV República. Y gracias al Gobierno Bolivariano, a través de la Alcaldía de Caracas, se logró restaurar esta edificación en el proceso de recuperación del Casco Histórico de Caracas.

“Hace ocho meses el presidente Nicolás Maduro, nos instruyó para que nos encargáramos de la restauración definitiva de la Cuadra de Bolívar (…) Estamos entregando esta obra que ha sido ejecutada para el disfrute y conocimiento de caraqueñas y caraqueños», aseveró el alcalde Jorge Rodríguez.

MISIÓN CUMPLIDA

El inmueble ha conservado el estilo original de la casa colonial, caracterizada por su desarrollo en torno a un patio o jardín interior, hacia el cual se abren los corredores y las habitaciones. En la Cuadra de Bolívar se ha logrado acordar el rescate histórico y la creación de un museo criollo que expresa aspectos de la forma de vivir de un pasado colonial.

Hoy en día quienes transitan por las inmediaciones de Quinta Crespo, entre las tradicionales esquinas de Bárcenas a Piedras, seguramente han visto una vieja casona de techos rojos y amplios corredores que ocupa una manzana completa. Pero pocos saben que se trata de una joya de la arquitectura colonial venezolana y una excelente opción para visitar.

El lugar consta de nueve salas de exhibición, entre ellas, el cuarto del Libertador, su armario, la sala principal, el comedor, salas de estar, entre otros. Además, cuenta con dos patios llenos de arbustos y árboles que eran comunes para la época.

Miguel Ramos, supervisor de la Casa Museo, informó que la Casa Museo estará abierta a todo público de lunes a viernes, desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde.

En la Casa Cuadra de Bolívar, la población podrá disfrutar de pinturas y retratos de la época pre independentistas, así como objetos del Libertador Simón Bolívar.

La alcaldía capitalina comenzó en julio de 2015 la rehabilitación integral de la casa, luego de la renovación de la Plaza La Concordia. muy cerca de la casa.

CONTACTO E IMAGINARIO

La casa museo reabrió sus puertas este viernes 27 de febrero con el conversatorio Bolívar en el Corazón, en el que participaron intelectuales como Luis Britto García, el historiador Alejandro López y el investigador Félix Ojeda, estos últimos del Centro Nacional de Historia. También participó el filósofo Juan Antonio Calzadilla. Todos disertaron entorno al Libertador en el imaginario colectivo.

Britto García describió la Casa Museo «como un libro que se puede leer; están los patios internos abiertos al clima para que haya ventilación, los corredores techados que son una maravilla, los techos muy altos que permiten la circulación del aire y la luz natural (…) Tiene ventanas por todos lados, el muro que es fortificado como las primeras casas coloniales que eran fortalezas».

Félix Ojeda destacó la importancia del desarrollo de actividades de este espacio como un medio para promover y difundir el mensaje y el ideario bolivariano en las comunidades.

T/Redacción
F/Héctor Lozano

falta rescatar el museo de quibor edo lara los domingo y de semanas puros canapiales en la entrada del museo