POR: TULIO MONSALVE
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Para Sigmund Freud y Jacques Lacan “… el canalla es inaccesible y un analista no debería malgastar su tiempo en individuos tan ruines”. Freud atribuyó a los canallas “…maldad simple e inmoralidad directas, sin profundidad”.
Aunque contradiga a estos maestros debo insistir en el tema por las consecuencias que tiene. No para darle tratamiento; se sabe que son mentirosos incorregibles.
Ello es obvio, en políticos de corta caducidad. Solo líderes de poco vuelo, irresponsables y cobardes que se hacen coro. Algunos sobresalen, pues sustentan su éxito en la fidelidad al “gran amo”. Mientras esperan la invasión, se pasan por el cateto la historia política del país.
Tienen problemas graves, no saben negociar. Son falsos. Prueba: Dominicana. Ni en lo individual, ni en colectivo. Solo lo hacen con partidos que los soportan, a cambio de verlos rendidos al poder colonial desde el que mangonean a la MUD.
Pero, es tanta su disminución en el campo de la ética que este remedo humano somete a sus seguidores, les impone una visión absurda sobre los hechos que ocurren en la calle que ellos en 19 años no han descifrado.
Ante su enredo intelectual y menguado poder real opta por entregarse a la voluntad de fuerzas extranjeras que los desprecian. Esto lleva a coronar la primera etapa en su carrera de canalla: traición a su Patria.
No es la primera vez en la historia que las esperanzas de la gente honesta han sido cortadas al ras por estos villanos. Sus famas crecen con la traición. Se hacen déspotas con sus compatriotas y “perritos falderos” con sus banqueros de Miami.
Así demuestran la avidez hombres que desdeñan profundamente la inteligencia humana. En sus fracasos se rinden a los centros de poder de América y Europa, y con rostro de canalla se postran para pedir medidas contra, no solo su propio país, sino el de sus hijos y nietos.
El canalla se cree mesías y mata su fe. E incita a los hombres comunes -o canallas- a destruir a los excepcionales. ¿Cuál personaje que usted conoce tiene este perfil?: canalla y traidor y quinta columna que capitanea invasores contra su patria.
Lillina Hellman en su trabajo Tiempo de Canallas los tipifica: “… hombres que mentían cuando convenía mentir, y que calumniaban aun cuando no era necesario calumniar.” Son marca eterna de un canalla. Cuidado, en Venezuela uno tiene goma que borra todo, menos un mito.