El noveno largometraje de ficción de Luis Alberto Lamata intenta exponer una imagen de gran colmena, de ciudad dentro de la ciudad, la diversidad social y el potencial dramático contenido en el popular complejo urbanístico capitalino
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En Parque Central, en opinión del cineasta Luis Alberto Lamata, convergen todos los estratos sociales y se puede encontrar ahí desde el arte más sublime, como por ejemplo un Picasso colgado en una pared, hasta el inframundo contenido en el oscuro, maloliente y escalofriante Sótano 3 del popular complejo urbanístico.
“Parque Central siempre me pareció un sitio especialmente dramático y conmovedor, donde cabe todo, donde todo es posible”, comentó al Correo del Orinoco el cineasta al argumentar su decisión de alejarse brevemente de su consecuente temática histórica para vincular su noveno largometraje de ficción a este desarrollo habitacional, comercial, cultural, recreacional y financiero, ejecutado por el Centro Simón Bolívar, proyectado por los arquitectos Daniel Fernández-Shaw, Henrique Siso y el ingeniero Carlos Delfino, y finalmente inaugurado oficialmente por el Estado venezolano en 1983.
CUENTOS DIFERENTES
Esta naturaleza de Parque Central le dio espacio a Lamata de contar cuatro historias muy diferentes entre sí que tienen en común la disposición de sus protagonistas de no dejarse derrotar y salir adelante en situaciones adversas y el lugar, el escenario que se expone como otro personaje
Es así como Parque Central, la película que se estrenará en los circuitos comerciales del país el próximo viernes 19 de octubre, cuenta, en palabras de su director y coguionista junto a Laura Antillano y Elio Palencia, cuatro historias mínimas de parejas singulares, cuatro momentos de la vida de estos habitantes de Parque Central, rodeadas de circunstancias complejas y dramáticas, pero que siempre tratan de resolver con ingenio y humor como solemos hacer los venezolanos en las situaciones más encontradas.
“Son cuatro historias, que se cruzan entre sí, sobre habitantes de Parque Central que de alguna manera encaran la vida o aprenden a afrontarla en pareja. Me refiero a ‘pareja’ en el sentido más amplio, porque esto incluye a una madre y su hijo o el caso de un personaje que finalmente entiende la necesidad de buscar a alguien con quien compartir su vida”, adelantó el realizador.
DISCURSO CORAL
Entre estas historias, a decir de Lamata, muy diferentes una de otra pero que convergen con la intención de mostrar una imagen de gran colmena, de ciudad dentro de la ciudad, la diversidad social y el potencial dramático contenido en Parque Central, se cuenta la de una pareja de jóvenes con síndrome de Down, Ñemo y Mila, interpretados por Bibiana Buendía y Alberto Sasson, quienes necesitan un espacio privado, solo para ellos, en el popular complejo urbanístico caraqueño donde viven con sus respectivas familias, muy diferentes la una de la otra, pero que los quieren y arropan cada una a su manera.
Otro de los relatos es el de la maestra Lidia, una profesora jubilada, encarnada por la primera actriz Francis Rueda, en un momento cuando su vida atraviesa una etapa de especial soledad, ya los hijos no viven con ella, aspiran a que venda el apartamento y comienza sugerirle la posibilidad de un asilo.
“En medio de ese enorme vacío, un dia, cruzando la avenida Bolívar frente a los edificios de Parque Central, un motorizado se come la luz y ella le lanza un coco que acaba de comprar y cuando le pega el cocazo al motorizado se dispara en ella un cambio muy grande de ver la vida y de su actitud”, anticipó Lamata.
Una tercera parte del discurso coral está relacionado con Mariana, una chica interpretada por la debutante Greisy Jaimes, recién llegada de Mérida, llena de ilusiones. Se instala en un apartamento de su familia para hacer su tesis de grado, precisamente sobre Parque Central, urbanismos en el que su padre, arquitecto, participó en la construcción. “Ella dice que no viene a dejarse comer por Caracas, sino que ella se va a comer a Caracas, pero la vida le da un vuelco muy grande”, contó el realizador.
LO QUE FUE Y LO QUE ES
Esta historia en particular, señaló Lamata, es la que funciona para contar más en detalle lo que significó Parque Central para la capital venezolana cuando se construyó y se inauguró, y para mostrar su situación actual.
El último cuento gira en torno a un violinista suizo (Roland Streulli) que viene con su Stradivarius valuado en unos 15 millones de dólares, a dar un concierto en el Teatro Teresa Carreño. El músico mete en su habitación a Wanda, una chica, encarnada por Maryelis Rivas, que vive en San Agustín y engaña a su familia diciendo que trabaja como enfermera en el turno nocturno, cuando en realidad es prostituta en Parque Central.
El hijo de Wanda, Nico, es integrante del Sistema y le roban su violín en la avenida Lecuna, saliendo de la estación del metro de Parque Central. Para reponerlo, a su madre no se le ocurre una mejor idea que robar el Stradivarius mientras el músico duerme.
Al despertar, el extranjero se percata del robo, pero en lugar de dar parte a las autoridades decide rescatar él mismo su valioso instrumento.
EL ESCENARIO COMO PERSONAJE
En todas las historias, destacó Luis Alberto Lamata, siempre está muy presente Parque Central, casi como un personaje más, “como edificio, como manera de vivir y como una especie de panal o de colmena donde habita muchísima gente y donde siguen presentes las utopías sobre lo que en algún momento pudo haber sido Parque Central. Es un lugar que tiene mucho de utopía. Las cuatro historias nos permiten ver cuál ha sido esa evolución, qué es hoy en dia esa edificación y cómo condiciona la vida de estos personajes”.
Para el realizador, si bien esta película entra en una corta lista de sus películas que no tratan el tema histórico, sí mantiene su linea discursiva cercana a los venezolanos de a pie, como ocurre en Azú, Jericó o Desnudo con naranjas, cintas que cuentan la historia de venezolanas y venezolanos en momentos complejos de nuestra historia.
Parque Central cuenta, a fin de cuentas, prácticamente lo mismo, venezolanos luchando contra las circunstancias pero desde un punto de vista contemporáneo.
El filme fue producido por la Villa del Cine junto a Lamata Producciones y será distribuido por Amazonia Films.