No menos de 50 cuentos infantiles fueron leídos para dar con cuatro clásicos y, así, darle vida a Cuentos para sonreír, una obra del Grupo Teatro del Silencio que se lleva a las tablas de la Sala de Conciertos de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Uneartes) los sábados y domingos a las 3:00 de la tarde.
Niña bonita de Ana María Machado, Fernando furioso de Hiawyn Oran, Quiero hacer pipí de Mem Fox y Ceni (versión libre de Cenicienta) son las piezas que recrean las actrices bajo la dirección de Alberto Rowinsky.
“Elegimos estos cuentos, entre otras razones, porque tienen un común denominador: el humor. Queríamos rescatar esa noción picarezca tan propia del ser latinoamericano, aunque dos de los cuentos sean de autores europeos. Otra de las razones, quizás la más importante, son los contenidos que habitan esos cuentos”, señala su director.
Asimismo, Rowinsky manifiesta que cuidan y respetan la esencia de los textos, aunque hacen “pequeños ajustes artesanales para propiciar que fluya el discurso escénico”.
La propuesta escénica es sencilla, respetan los contenidos y rescatan sus imágenes, desarrollando sus posibilidades poéticas literarias, comenta su director.
“Nosotros, Teatro del Silencio, nos hemos especializado en crear espectáculos infantiles para niños de seis o siete años en adelante. Consideramos a los adultos y adultos mayores como seres que tienen en su interior un niño generalmente dormido. Tenemos un cuidado especial para que todos los que asistan a uno de nuestros trabajos se diviertan, lo disfruten”
Con esta obra, buscan volcar valores humanistas sobre el escenario: la amistad, el compañerismo, la unidad familiar, la lealtad o sentimientos como el amor, el cariño y la ternura. “Mostramos visiones del universo, conductas y situaciones cotidianas. Esperamos que, de alguna manera, sirvan como pequeños aportes para enfrentar el día a día que nos rodea”.