Cuestiones de soberanía

A desalambrar

Por: Ana Cristina Bracho

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El 19 de marzo, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, denunció que nuevamente una aeronave estadounidense había penetrado el espacio aéreo venezolano. Según indicó a la prensa, es la segunda vez en menos de dos años que un avión militar estadounidense sobrevuela el espacio aéreo del archipiélago de Los Monjes.

Este acto en todo tiempo y en virtud de nuestro Derecho Constitucional es una afronta a nuestra soberanía puesto que el artículo 11 de la Carta Magna indica claramente que “la soberanía plena de la República se ejerce en los espacios continental e insular, lacustre y fluvial, mar territorial, aéreas marinas interiores, históricas y vitales y las comprendidas dentro de las líneas de base recta que ha adoptado o adopte la república”. De allí que corresponda, como en efecto se llevó a cabo, que las autoridades reclamen lo ocurrido.

Sin embargo, esto se da en un momento no ordinario de nuestra historia donde las relaciones con los Estados Unidos se han determinado en el contexto de la declaratoria hostil de Washington de que Caracas es una “amenaza inusual y extraordinaria”; una escalada de Bogotá que declara incluso que se hará cargo de la población venezolana que se traslada a territorio neogranadino y que por ello recibirá un dinero norteamericano cuyo reembolso, a su entender, podría asegurarse sobre el oro que está depositado en el Banco Central venezolano.

Tampoco ocurre sobre una parte cualquiera del territorio venezolano sino sobre el archipiélago de Los Monjes que es la Dependencia Federal ubicada a 34,8 km al este de la costa colombiana de la península de la Guajira y a 40 km al noreste del estado Zulia. Por ello, debemos recordar que es uno de los límites que los colombianos le discuten a Venezuela y que consideran no pueden determinar soberanía venezolana.

Una rápida búsqueda sobre este tema nos llevará a los años setenta cuando existió una controversia binacional que fue encarada por Rafael Caldera, en su primer período, y el colombiano Misael Pastrana Borrer en las cuales, aceptado el archipiélago como territorio venezolano se evidencia un reclamo colombiano sobre que este punto haya sido usado para determinar la extensión del mar territorial venezolano.

Para evitar que Venezuela fijara su mar territorial considerando que este era el extremo sobre el cual debía calcularse los colombianos determinaron que Los Monjes eran “rocas no aptas para mantener habitación humana o vida económica propia” como lo dijo en 2003, para la Universidad Javeriana, el colombiano Nicolás Salom Franco que incluso afirmó que su “transformación artificial en verdaderas islas, con las implicaciones jurídicas que esto tiene” era un acto venezolano que contravenía el Derecho Internacional.

Dicho esto en el momento actual donde Venezuela ha afirmado su soberanía y mantiene vida en este territorio, entre otras cosas a través de una estación de guardacostas secundaria queremos advertir que puede que no sea tan casual que la penetración estadounidense se haga sobre este punto, importante para mantener con nuestra bandera una franja internacionalmente conocida por su riqueza.

@anicrisbracho
Caracas