Colectivo La araña feminista|Cuidado tercerizado (Opinión)

El pasado 7 de mayo se cumplieron tres años de la promulgación de la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores (Lottt) y con ello venció el plazo de patronas y patronos para ajustarse a la norma que prohíbe la tercerización. La tercerización es el fraude de patronas o patronos para evadir las obligaciones de la relación laboral con contratación a través de intermediarios (entre otros tipos de fraudes).

Aún hoy nos encontramos con trabajadoras y trabajadores de “contratistas” que, en la obligación como proletariado de vender su fuerza de trabajo como único recurso de intercambio, se hallan bajo relaciones de trabajo fraudulentas y con condiciones precarizadas.

Los motivos dados por quienes cometen este fraude a la justicia social, signada en tinta roja por el comandante Hugo Chávez aquel memorable 30 de abril de reivindicaciones, se justifican, principalmente, en la interpretación del numeral 1 del Art. 48 de la Lottt, da cuenta que una trabajadora o un trabajador está en condición de tercerización si su contratación intermediada se da para obras, servicios o actividades que estén “relacionadas de manera directa con el proceso productivo… y sin cuya ejecución se afectarían o interrumpirían las operaciones”.

La mirada capitalista y patriarcal, centrada en producción de mercancías, deja por fuera no solo el trabajo -no transado- de reproducción de la vida social que realizan generalmente las mujeres en el cuidado de la fuerza laboral sino a la multitud de trabajadoras y trabajadores que realizan cuidado mercantilizado y son garantes del mantenimiento de las condiciones de higiene, salubridad, iluminación, alimentación, hidratación y de muchos más afectos en el espacio de trabajo. Este tipo de discriminación laboral tiene tinta de género por cuanto son mayoritariamente mujeres quienes se dedican a estas actividades, sin cuya existencia “se interrumpirían las operaciones” de la vida digna.

El reconocimiento como trabajadoras dependientes a tiempo indeterminado de las mujeres dedicadas al cuidado en las unidades familiares, en las unidades de explotación mercantil públicas o privadas, en los centros educativos y en todo espacio de reproducción de la vida son y serán causa de nuestras luchas como militantes de la construcción de un mundo mejor, posible, necesario, socialista y feminista.

Y en esta lucha, nos sumamos a la causa por los derechos de las mujeres trabajadoras de los “Simoncitos comunitarios” del Senifa y exigimos su reconocimiento.

T/ Nathalia González
(La Conjura Feminista)