Cada domingo de Resurrección de Cristo se celebra en Cumaná, estado Sucre, con la tradicional misa de la Bendición del Mar a orillas de la playa, donde feligreses renuevan su devoción y bendicen las aguas por la salud, unión familiar y abundancia de peces durante cada faena para los pescadores.
La avenida Perimetral de la ciudad es el lugar de encuentro de los devotos, quienes atentos a las palabras del arzobispo de Cumaná, monseñor Diego Padrón, actual presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), elevan plegarias y, al final de la ceremonia, son rociados con agua desde un cisterna del cuerpo de bomberos municipales.
Gregorina Márquez, residente del sector Caigüire en Cumaná, consideró el momento de unión familiar, en el que se rescatan valores y se renueva la solidaridad con otras personas.
Llevó consigo dos botellones con agua para su bendición, a lo cual refirió que le servirá para colocarlo en un altar en ofrenda a la Virgen del Valle, también para cuando alguno de su comunidad o familia lo requiera.
Para Iraide Pereda, pescador artesanal desde hace más de 40 años, con esta misa se promueve a la reflexión para unir lazos de amistad con sus compañeros de faena. A su vez, señaló que en esta ceremonia ruegan porque se multiplique la producción de peces. «Si uno tiene fe, Dios le premia a uno, el pescador, en la faena, y en verdad te repara lo que tú quieres», agregó.
Por su parte, Vestalia Padrón, de la parroquia Valentín Valiente, expresó: «Para mí es maravilloso este día, sobre todo porque somos cristianos, practicamos la fe, porque le pedimos todos los días a Dios que nos ayude a llevar una vida más tranquila, mejor, que nos de paz, felicidad y que todos comulguemos en la misma fe».
El monseñor Diego Padrón aseveró que esta misa simboliza la conservación de la naturaleza, la renovación de cada ser humano apegada a la conservación de los espacios naturales.
Aprovechó para pedir por la paz, la unidad, la justicia y la reconciliación de Venezuela.