La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) es una nueva oportunidad que tiene el sector empresarial para sumar sus esfuerzos a la superación del modelo rentista petrolero, señaló este jueves la economista Pasqualina Curcio en la sede del Centro Nacional de Historia donde ofreció la ponencia “La Constituyente: La guerra económica en Venezuela”.
Afirmó que la prioridad del debate constituyente debe ser cómo avanzar en la diversificación económica, para desplazar el modelo monoproductor e incluir modelos de producción social y comunal que contribuyan a la soberanía alimentaria.
Destacó que el debate debe hacerse para la paz y tranquilidad del país y señaló que es importante que todos los sectores se integren a la constituyente prevista para finales de julio, sobre la cual este jueves el Consejo Nacional Electoral anunció que el sector empresarial cuenta con cinco escaños.
Recordó que dentro del sector empresarial hay factores que tienen responsabilidad directa en el desabastecimiento de algunos productos, puesto que tienen una incidencia en la producción e importación de bienes, alimentos, medicamentos y productos de limpieza. «Cuando revisamos está concentrada la producción y distribución en pocas empresas”, señaló.
Al respecto, explicó que la guerra económica es hecha desde la distribución y no de la producción de los distintos rubros, al tomar en cuenta que el porcentaje de producción nacional de alimentos y artículos de higiene personal ha mantenido su porcentaje desde marzo de 2015, pero la misma es desviada hacia mercados paralelos para que no se encuentren en los anaqueles.
Además, algunos medios de comunicación privados causan incertidumbre en la población con informaciones falsas que generan alta demanda de algunos productos y colas en los establecimientos, factores que también inciden en el desabastecimiento de productos de primera necesidad.
“La producción por ejemplo del rubro harina de maíz precocida, ha mantenido su porcentaje de producción, según informes publicados por las mismas empresas privadas, la razón por la que no se encuentra en el mercado es debido a la proliferación de mercado paralelo (bachaqueros)”, agregó.
Ante esta distorsión el Gobierno creó en abril de 2016 los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), al igual que la Misión de Abastecimiento Soberano para proteger al pueblo de mercados paralelos que revenden y ponen sobreprecio a los productos de la cesta básica.
Señaló que además del desabastecimiento de alimentos, medicamentos, productos de higiene personal y del hogar, también ocurre con repuestos y autopartes de vehículos; sin embargo, no ocurre con los alimentos producidos por agricultores como hortalizas, frutas y verduras, que se encuentran siempre en los comercios.
Resaltó Curcio que estos patrones de desabastecimiento son aplicados en la víspera de eventos electorales, como ocurrió días previos al referéndum presidencial (2004), referéndum constitucional (2007), elecciones regionales y municipales (2010), elecciones presidenciales (2013) y parlamentarias (2015).
“Lo que vivimos en Venezuela no es inédito, es una práctica probada por el capitalismo. Históricamente las empresas importadoras que forman parte del gran monopolio, manipulan el mercado y ponen precio a sus productos de acuerdo al precio del dólar paralelo”, indicó la economista respecto a la reacción del capitalismo ante la amenaza de un modelo alternativo.
Señaló que la inflación en Venezuela no es causada por el incremento de la demanda, ni por el aumento de la liquidez monetaria como lo plantean las teorías económicas monetaristas, sino porque el índice nacional de precios de la economía venezolana está determinado en 73,2% por el dólar paralelo y en 31,3% por la demanda agregada.
“Lo que ocurre en Venezuela no es novedoso son prácticas que se han aplicado en otros momentos, lo repiten por la efectividad que tuvieron entonces», resaltó.