Por Alfredo Carquez Saavedra|Dallas y Guanare (Opinión)

Mientras el presidente de Estados Unidos, Barack Obana, de visita en Varsovia, le ofrecía a su homólogo polaco, Andrzej Duda, el envío de unos mil solados para “contribuir” con la seguridad de ese país socio de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), un afroestadounidense (aunque hasta el momento de escribir esta columna se sospechaba de al menos otros tres) va y mata con un rifle de asalto a cinco policías y hiere a otros siete personas, en la ciudad de Dallas.

El caso tiene todos los elementos para que en unos meses o años sea parte de una serie o película policial en ese país de las grandes corporaciones cinematográficas y cadenas televisivas: en la prensa se hace referencia a un movimiento armado denominado Organización Política de Poder Negro; el único identificado sirvió en el ejército estadounidense en Afganistán entre 2013 y 2014 y para poder anularlo, sin que se produjeran mas bajas, se le envió una bomba por medio de un robot dirigido a control remoto.

Ya se hacen cotidianos los casos en la nación norteña de gente armada que hace de cualquier estado de ánimo o razón una bandera y sale a la calle con su arma de guerra a acabar con quien tenga la desgracia de cruzarse en su camino. En este caso el sujeto quería matar gente blanca, especialmente policías blancos, un par de días después de que se conociera el asesinato a balazos de dos afroestadounidenses (uno en Luisiana y otro en Minnesota), uno de ellos luego de ser arrestado por andar conduciendo un automóvil con un faro roto.

Hace unas semanas otro escándalo de este tipo tuvo como epicentro un club frecuentado por la comunidad gay del estado de Florida. El culpable –que murió no sin antes asesinar a mas de medio centenar de personas- también usó un fusil de asalto.

Tal vez algún día reinará la cordura en Estados Unidos y legislarán sobre el asunto y entonces el Presidente de turno no hará el ridículo de viajar por el mundo ofreciéndole a otros la seguridad que no puede garantizarle a sus ciudadanos.

Ahora bien, al día siguiente en nuestra Patria un par de delincuentes mataron en Guanare a un funcionario de Poliportuguesa e hirieron a otros 31, al lanzarles una granada cuando estaban formados antes de salir a la calle. Leí que uno de los sospechosos murió mas tarde en un enfrentamiento. El conductor de la moto no ha sido atrapado.

Este no es el primer caso del año, aunque teníamos unas cuantas semanas sin escuchar acerca de situaciones parecidas, en las que hubo una especie de epidemia de granadas lanzadas a cuarteles policiales. Veámonos en el espejo arriba descrito para evitar males mayores.

alfredo.carquez@gmail.com