El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, aseveró este sábado que los pueblos de la América Latina y el Caribe tienen el desafío de seguir librando batallas contra el imperialismo por la vía de la Revolución.
Durante su intervención en el foro Chávez: Líder del siglo XXI, unidad latinoamericana y caribeña, el mandatario centroamericano resaltó que en cada elección en donde el pueblo escoge a líderes progresistas «ahí están las fuerzas del capitalismo, del imperialismo, que va más allá de lo que es la potencia de Estados Unidos», sino una alianza que tienen un nombre Otan (Organización del Tratado del Atlántico Norte) que junto a las alianzas militares «que hacen, deshacen y destruyen el planeta y tienen su forma de conspirar para evitar los triunfos revolucionarios».
Advirtió que las fuerzas conservadoras y sus aliados «están tratando de destruir lo que se ha logrado construir por la vía pacífica en nuestra América, lo que al final de cuenta viene a darle la razón a ese gran debate de que las revoluciones solamente pueden caminar por la vía de la insurrección de los pueblos».
«El camino que nos plantea la democracia burguesa, es que cuando ya resulta imposible detener el triunfo de la Revolución por la vía electoral, vienen los golpes de Estados, por eso no podemos olvidar lo que pasó en el Chile de Salvador Allende y el golpe de Estado de 2002 (contra el presidente Hugo Chávez), golpe que revirtió el mismo pueblo revolucionario y patriota», señaló.
Resaltó que tras las victorias revolucionarias, viene el ataque de las fuerzas contrarrevolucionarias. «Eso es un principio que está escrito, es normal, toda revolución tiene su contrarrevolución, pero toda su contrarrevolución debe tener su revolución».
El principio de solidaridad que impuso el comandante Hugo Chávez, destacó Ortega, «lo hizo porque sabía que las revoluciones no podían no caminar solas, y parten del principio de la solidaridad y esa solidaridad va desde lo que es el compartir del pan hasta la solidaridad moral y todas tienen un valor infinito».
Para constituir esa solidaridad, dijo, «Chávez llevó sus palabras a todos los continentes del mundo y ocupó lo más valioso que tiene el ser humano, lo que dejamos cuando viajamos hacia nuevos planos de vida: el tiempo que le dedicamos a la lucha por la justicia, por la libertad y por la dignidad de nuestros pueblos».
Recordó que el líder bolivariano dedicó una gran parte de su vida en «construir un frente de lucha, que tanta falta ha hecho y continúa haciendo, un frente de lucha que trascienda nuestras fronteras para que los proyectos revolucionarios tengan un mayor campo de sustentación, sobre todo donde el poder lo sigue imponiendo el capitalismo salvaje y el imperialismo y donde imperan las guerras y que lo practican las potencias que se dicen las mayores defensoras de la democracias».