Daniel Rodrigo: «Lo primero es ir a ver muchos juegos para ser árbitro»

La Liga Profesional de Baloncesto (LPB) tuvo visita internacional con Daniel Rodrigo, árbitro consagrado del continente: “Tenía 15 años. No fue una decisión en principio mía, sino que teníamos la obligación todos los clubes donde me formé de mandar dos aspirantes a árbitros para mini basket, dos aspirantes a técnicos y dos oficiales de mesa. A mí me tocó la más difícil: ser árbitro. La verdad es que nadie quiere ser árbitro. Y en esa época tampoco era que me entusiasmara. Un compañero fue el que me incentivó a iniciar la tarea de arbitraje”.

“Lo primero es ir a ver muchos juegos para ser árbitro. Uno no lo mira de la misma manera como el fanático. Mira la conducción, los movimientos, las caras, los distintos momentos del partido y como son las reacciones del árbitro y del grupo de árbitros. Siempre hay que ver los partidos del escalón arriba del cual uno está trabajando. La categoría que está por encima a la que estás arbitrando en ese momento”, comentó este árbitro que estuvo en seis finales de la LPB.

Rodrigo en Buenos Aires, Argentina, tuvo una conversación amena por la cuenta de Instagram @lpb_aldía con la periodista Geisha Torres. En 1993 da el salto a la Liga Nacional de Baloncesto de Argentina: “Fueron épocas bastantes más duras. Fueron épocas de un recambio muy grande que hubo. Dos años después me hice árbitro internacional, en 1995”.

Según los datos estadísticos de Pedro Marrero, Rodrigo dirigió 82 partidos en Venezuela: “De la LPB conocía muy poco. Me convertí en un fanático más de Venezuela. Tomo a Venezuela como mi segunda patria. Se vive muy bien el baloncesto en Venezuela, me encantó. Cuatro, cinco horas antes ya la gente comienza a llegar a la cancha. Mucha cobertura de los medios de comunicación detrás de la LPB. Me encontré con un mundo que no pensaba que me iba a encontrar. Fue mi primera vez que pitaba una liga que no era la mía”.

MUCHO RESPETO

“El árbitro FIBA se respeta mucho en la LPB. Si hay algo que se ha corrido (en el mundo del arbitraje) es que siempre hemos sido muy bien tratados en esa liga por dirigentes y clubes. Siempre hemos sido bienvenidos. Siempre tengo palabras de elogio. Por eso he repetido en volver a arbitrar allá”, elogió quien dictó sentencia en 29 series semifinales.

En 2013 tuvo su última experiencia LPB, incluyendo la final Marinos de Anzoátegui-Cocodrilos de Caracas: “Fue una experiencia enorme. El haberlo vivido, el haberlo sentido. Ambas fanaticadas ponían la cancha al rojo vivo verdaderamente”.

“Desde que recibimos la nominación, empezamos a pitar el partido. Trabajo todos los partidos de la misma forma, aunque sabemos que las sensaciones no son las mismas. La preparación siempre es la misma. Hay que tratar de cometer la mínima cantidad de errores. Uno tiene distintas técnicas. No todos los partidos se arbitran de la misma manera. Más allá del reglamento, los partidos se tienen que conducir, no se puede ser un aplicador de reglas”, contó sobre su filosofía de encarar los partidos como juez.

Como buena parte de las personas actualmente, Rodrigo vive el confinamiento por la pandemia: “Va a haber un montón de cosas que van a cambiar. Muchas costumbres. Muchas cosas se van a agregar a nuestras funciones en cuanto al manejo de los jugadores. Los distintos protocolos que habrá que hacer antes y durante el partido. Hacer que se cumplan y sobre nosotros seguro va a ser esa responsabilidad. En FIBA aún no hay ningún protocolo fijado”.

“La fanaticada en la Caldera (del Diablo, Puerto La Cruz) siempre era más vehemente. El estadio en Margarita (Gimnasio La Asunción), cuando se ponía full, ¡uff! Pero eso a uno lo motiva. Me pone más dentro del partido. Cuando hay más presión es cuando más me gusta”, aseguró Rodrigo.