“Debemos pedir a San Romero de América por una Iglesia que luche por los pobres”

Párroco Numa Molina resalta obra del “cura bueno” de El Salvador

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La canonización del mártir salvadoreño Óscar Arnulfo Romero es la exaltación de un hombre que luchó por los pobres de un continente y que murió a manos de la ultraderecha, que una vez más demostró su capacidad de arremeter contra quienes defienden los intereses de los pueblos.

Así lo destacó el párroco de la iglesia San Francisco, Numa Molina, para quien San Romero de América, que será canonizado en octubre, es un mártir de los pueblos sufrientes del mundo: Celebramos hoy con gran gozo a un santo contemporáneo que entregó su vida por la justicia para los más excluidos”.

“Romero fue un sacerdote jesuita, teólogo y periodista en ejercicio, comprometido con las luchas y el dolor de los pueblos, que nació hace 100 años, pero que sigue vivo y amanecido de pueblo, pastor y mártir”, dijo.

PROFETA DEL PUEBLO

Molina destacó que San Romero de América en vida fue un gran comunicador del Evangelio que dejó en América Latina una lección de ética. “Fue un profeta que se embarró los pies en el fango del pueblo”, aseveró.

“Es hora de que elevemos una oración a San Romero y pedirle sacerdotes con coraje y fuerza para enfrentar la injusticia que sean capaces de arriesgarlo todo por los pobres, así como una Iglesia que se embarre los pies en el fango del pueblo y deje la pulcritud y no sepa del pueblo”, señaló.

 

T/ Luis Ángel Yáñez
F/ Archivo CO