Este viernes|Delegación internacional certifica en Colombia existencia de la fosa común más grande de Latinoamérica

La comunidad de La Macarena afirma que son unos 2.000 muertos, mientras que el Gobierno colombiano asegura que sólo son 450

Este viernes, una delegación de Estados Unidos y Europa, encabezada por seis eurodiputados, certificó la existencia de una fosa común con dos mil cadáveres no identificados, después de una audiencia pública en la localidad de La Macarena, ubicada en el  sudeste de Colombia.

La delegación internacional llegó hasta el cementerio de esa población para verificar el lugar donde se encuentran los cadáveres. Según cifras de la comunidad podrían ser unos dos mil muertos, mientras que el Gobierno colombiano asegura que sólo son 450.

El representante del Centro de Investigación y Educación Popular y Programa por la Paz (Cinep-PPP) de Colombia, Javier Giraldo, informó que se entregaron 52 declaraciones por parte de familiares de las víctimas, puesto que habían seis desapariciones forzadas cometidas por paramilitares y siete por el Ejército y de la Fuerza Pública. Asimismo, existen denuncias por 22 falsos positivos.

«Existen casos de amenaza de muerte, de torturas y asesinatos. La delegación internacional pudo ver todo el área de las tumbas anónimas identificadas por un número consecutivo por años», subrayó Giraldo.

El investigador anunció que en el próximo mes de septiembre se presentarán otros casos documentados sobre situaciones de desapariciones forzadas y asesinatos en otras regiones de Colombia.

Los pobladores campesinos de La Macarena decidieron romper el silencio y hablaron con los eurodiputados sobre el uso que el Ejército colombiano hacía de sus helicópteros para dejar los cuerpos sin vida y luego se retiraban, según reseñó la multiestatal Telesur.

«De esa manera empezó a ampliarse el cementerio clandestino, ahora fosa común, más grande de América Latina, donde los pobladores pidieron ayuda internacional debido a la magnitud sin precedentes de este hallazgo”, dijo Camacho.

En la audiencia pública asistieron unos 800 campesinos de las regiones de Guayabero, Ariari, Güéjar, Guaviare y el departamento del Caquetá, acompañados por la numerosa delegación extranjera, congresistas de la oposición y la senadora colombiana Piedad Córdoba.

La eurodiputada de la Comisión de Derechos Humanos, Ana Gómez, catalogó como una «aberración» que  Ejército asesine al pueblo, ya que su función es la de proteger a los ciudadanos.

«No tienen que estar para matar al pueblo, hay una horrible perversión en estos hechos en que jóvenes inocentes, hombres y mujeres, son cogidos por miembros de las Fuerzas Armadas por una recompensa humanitaria para transformarlos en falsos positivos, en falsos guerrilleros», enfatizó.

Por su parte, la senadora colombiana, Piedad Córdoba, condenó el hallazgo de la fosa común. «Aquí fue donde comenzó de verdad la política que se conoce como falsos positivos, los asesinatos a sangre fría para reclamar recompensas, para tener ascensos, para pedir vacaciones, es algo tan vergonzoso, que no se explica uno como es que el país vuelve y elige en cuerpo ajeno una política tan horrorosa de violación de los DD.HH.», manifestó.

Agregó que Europa no puede prolongar la guerra en la nación cafetalera, ya que para muchos ‘es un negocio’. «Cuando nosotros nos oponemos a la aprobación de tratados de libre comercio untados de sangre, la sangre de un pueblo colombiano, decimos con dignidad que Europa no puede hacer prolongar en América y en Colombia lo que ellos hace muchos años trataron de erradicar: la guerra, la guerra es un negocio, su patente de corso es la política de seguridad democrática».

Asimismo, informó que dentro de un mes tendrá todo listo para presentar un informe oficial, resultado de las audiencias públicas efectuadas en torno al tema.

Los campesinos de La Macarena han padecido el estigma de vivir en una zona marcada por la guerra, agudizada desde 2003 con la llegada del Plan Colombia promovido por Estados Unidos, para «luchar» contra el narcotráfico y el crimen organizado.

Mediante declaraciones a la prensa, los colombianos exigieron que «respeten sus vidas» y aseguraron que lo único que quieren es seguir siendo campesinos en su propia tierra.

La existencia de esa fosa común fue denunciada en diferentes oportunidades por los habitantes de la comunidad sureña, sin embargo, el gobierno uribista hizo caso omiso a dichas denuncias

F/TeleSUR
T/MEP