El Departamento de Justicia estadounidense abre un nuevo expediente contra la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) por las denuncias presentadas en torno al espionaje al Comité de Inteligencia del Senado.
De acuerdo con un informe publicado el miércoles por la compañía estadounidense ‘McClatchy’, dueña de varios periódicos, la CIA vigilaba en secreto los ordenadores que usaban los miembros del Comité de Inteligencia del Senado para la revisión de miles de páginas de documentos clasificados, en una sede de la agencia en el estado de Virginia (noreste).
Los hechos tuvieron lugar cuando el Comité de Inteligencia del Senado elaboraba un informe de 6300 páginas sobre las técnicas de tortura usadas después del 11 de septiembre de 2001 por la CIA bajo la presidencia de George W. Bush, que la agencia intenta mantener en secreto.
“El informe, que costó 40 millones de dólares y se tardaron casi cuatro años para su elaboración, revela detalles sorprendentes sobre las detenciones de la CIA y sus interrogatorios, y plantea preguntas críticas acerca de las operaciones de inteligencia”, confirma la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, la senadora Dianne Feinstein.
Además de reflejar dichas prácticas ilegales de la CIA, el informe revela que la agencia de espionaje engañó a la Casa Blanca, al Departamento de Justicia y al Congreso, acerca de la «eficacia» de sus técnicas de tortura.
A este respecto, el senador del estado de Colorado, Mark Udall, escribió el martes una carta dirigida al presidente de EE.UU., Barack Obama, en la que denunció los intentos de la CIA para bloquear la publicación del informe y las medidas improcedentes que ha adaptado contra el mencionado Comité.
«Es esencial que la Comisión sea capaz de hacer su trabajo de supervisión en consonancia con nuestros principios constitucionales de separación de poderes, sin la CIA planteando impedimentos u obstáculos tal y como lo hace hoy», escribió.
Estas nuevas acusaciones contra la CIA se producen en un momento en el que el Gobierno de Obama está tratando de volver a ganarse la confianza de los estadounidenses, muy reacios a creer en su presidente y su administración después de que se conociera, gracias al exanalista de sistemas Edward Snowden que la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU. (NSA, por sus siglas en inglés) espiaba a los ciudadanos del país norteamericano.