Hay personas que demuestran conductas persistentes hacia otra persona con el objeto de tener control sobre ella. Estos son los llamados acosadores o “stalkers”. Un acosador es una persona que persigue de forma física, psicológica, o mediante el uso de las tecnologías de la información, es decir, a través de internet o del teléfono. Suelen tener un comportamiento obsesivo y desean crear un sentimiento angustiante en la persona perseguida.
Un acosador puede meterse contigo o con tus seres queridos. Su perfil genérico es el de una persona fría, con poco o ningún respeto por los demás, con sentimientos de inferioridad que esconden ante una aparente superioridad, excesiva arrogancia, carecen de empatía y sentimientos de culpa, mienten compulsivamente. Actúan como si no hicieran nada malo y se colocan en posición de referencia del bien y del mal, tienen discurso moralizante, se presentan como personas religiosas o cívicas, para dar imagen de buena persona. Generalmente son personas resentidas, frustradas, envidiosas, celosas o egoístas. Están necesitadas de admiración, reconocimiento y protagonismo. Para afirmarse tienen que destruir. Su reacción ante la dolorosa realidad de ver que sí existen personas con las características que ellos desean poseer, suele consistir en eliminar a la fuente de la disonancia, desarrollando el psicoterror contra la víctima. El objetivo es desaparecerla porque sus capacidades suponen para el acosador una desestabilización psicológica.
Un acosador puede ser un ex, la pareja de un ex, un compañero de trabajo, un “amigo”. Hay varios signos como por ejemplo: monitorea constantemente tu actividad en la red, incluyendo tus redes sociales y publicaciones en el ciberespacio, te solicita amistad, quiere ser un seguidor más, habla de ti como si tuvieran una relación importante aunque ni siquiera le conozcas, te manda emails o mensajes, o deja comentarios en sus redes o en las tuyas repetitivamente y sin que tú correspondas ese nivel de intensidad. Expone información privada, te increpa, trata de difamarte, coloca fotos con tu información.
Si te sientes agobiado o incómodo, entonces ya es razón suficiente para actuar. Lo mejor es cortar todo tipo de contacto sin dar ningún aviso, bloqueando, cerrando perfiles. Si realmente te sientes amenazado debido a la acción de alguien, de lo que esa persona ha publicado o la forma en la que se relaciona contigo, ve directo a las autoridades.