Por José Gregorio González M|La derecha en acción (Opinión)

Las primeras actuaciones de la derecha al asumir el Poder Legislativo señalan ya el camino que seguirán en el futuro inmediato. Sus propósitos están cimentados en argumentos baratos y mentiras para sacar del gobierno al presidente Nicolás Maduro. Entendemos que una parte de la población ejerció su derecho al voto y los eligió como sus representantes; sin embargo, irrespetar al resto de la población es deleznable. Mucho odio abrigan en sus adentros; rayan en la locura y solo desean venganza.

Con la primera sesión, iniciaron su camino de imposición y miseria. Sacar de la sede del Parlamento los retratos del libertador Simón Bolívar y el comandante Hugo Chávez rememora las acciones golpistas de 2002. Entendemos que no quieran ver la imagen de Hugo Chávez Frías; pero expulsar a Bolívar, Padre de la Patria, demuestra el desprecio que sienten por Venezuela.

El camino es largo. En adelante veremos cómo paulatinamente buscarán acabar desde la Asamblea Legislativa (AN) todas las misiones que la Revolución Bolivariana ha puesto en marcha para el beneficio de la colectividad. Aun cuando nieguen sus intenciones de arrasar con todo lo que les huela a chavismo, sus actuaciones dicen lo contrario. Algunos diputados pretenden aparecer como moderados y conciliadores, incluso uno valiéndose del populismo ofrece impulsar una ley para que le den los títulos de propiedad a quienes se les entregó viviendas. Es el mismo que por años vociferó contra el Gobierno acusándolo de mentir, pues para él, las casas y apartamentos solo eran “maquetas”.

Pronto buena parte de sus electores se desengañarán. Cuando comiencen a torpedear los programas de gobierno y a poner trabas para no bajar los recursos de inversión social sabrán quiénes son los verdaderos enemigos del pueblo. Al capitalista no le interesa el bienestar de la gente. Su fin último es explotar y expoliar a todo el que se atraviese. A la derecha lo que le importa es recibir las migajas que caen de la mesa del capitalista y para recibirlas se vende por un puñado de dólares.

Los dirigentes de la oposición venezolana son asalariados de las grandes corporaciones. Le siguen el juego y les ayudan en su vorágine por apoderarse de las riquezas de la Nación. Mientras algunos integrantes de las huestes derechistas pregonan el odio de clases y promueven la segregación entre los venezolanos.

Tiempo ha de pasar. Tiempo de felonías y persecuciones. Los revolucionarios debemos estar claros y con toda la disposición de defender el proceso. ¡Venceremos!

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