Columna Camarada llamarada|Derrotas (Opinión)

Un día como hoy, hace 14 años, en la III Cumbre de las Américas, frente a la mirada atónita de otros jefes de Estado, un asterisco sellaba el inicio del fin del avance del capitalismo en América Latina, sustentado hasta entonces en una democracia representativa cuya voz se estaba quebrando en Venezuela para dar pie a la democracia participativa y protagónica en la que la voz ahora era del pueblo soberano, desde la aprobación contundente de la Constitución Bolivariana.

De allí en adelante, sufriendo derrota tras derrota, el gigante de las siete leguas se erige dando zarpazos al Gobierno Bolivariano, en espacios internacionales, vinculándolo a lo que dio en llamar “el eje del mal”, representado por Estados fallidos. Sin embargo, la estrategia no le da resultados y desde entonces recibe respuestas cada vez más heroicas de un territorio unido que ya no acepta ser calificado de “patio trasero”, como quedó demostrado, cuatro cumbres después.

Pero esta derrota del imperialismo no es propugnada solo por América Latina. A pesar de las declaraciones de Barack Hussein Obama luego del preacuerdo del G5+1 con Irán y del jefe del Estado Mayor estadounidense, Martin Dempsey, que dejaron claro que cualquier decisión sobre Irán debe pasar por la aprobación de Israel; el líder supremo iraní manifestó que el tema nuclear no es sino un «mito» que Estados Unidos usa como pretexto para cambiar de gobernantes en Irán, y que las fuerzas revolucionarias sabrán defenderse.

Igualmente, no obstante el reciente acuerdo en el Congreso estadounidense para dar autoridad de vía rápida al presidente Obama para la negociación del Acuerdo TransPacífico, el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura, propulsado por China, con más de 40 miembros, le hace contrapeso a los organismos de Bretton Woods, manejados por los hilos de las empresas transnacionales vinculadas a Washington.

Esas dos situaciones, aunadas a la postura de Rusia que se ha levantado estoicamente desde el caso de Ucrania y a pesar de las sanciones, demuestran que los hilos de la historia se siguen moviendo en una telaraña imaginaria de pesos y contrapesos en la balanza del poder mundial, en la que el imperialismo seguirá siendo derrotado por los pueblos soberanos del mundo que ofrecen alternativas a un sistema moribundo, desde el tiro al ala propugnado por el Comandante eterno en 2001.

T/ Carolina Escarrá Gil
cescarragil@gmail.com