Por Ramón Alirio Contreras| Los desaparecidos (Opinión)

El presidente Barack Obama acaba de realizar un visita a Cuba y Argentina. Esta gira de Obama tiene la finalidad de recuperar el espacio perdido por la potencia del Norte en lo que, hasta hace poco, consideraban y nos hacían considerar “el patio trasero” de la superpoderosa nación más criminal de los últimos tiempos.

Obama fue a Cuba con la finalidad de contrarrestar la implacable derrota que año tras año recibe su política exterior hacia la Isla en las votaciones de la Organización de las Naciones Unidas contra el bloqueo, donde la mayoría de los países del mundo votan casí de manera unánime contra esa medida unilateral de décadas que no ha podido derrotar a la Revolución Cubana.

Argentina es el punto clave para la nueva estrategia imperial en el continente. Es un país clave en la geopolítica de la región, pues es una nación grande, con recursos energéticos y con mucho peso en la región. Es uno de los países más fuertes en el Mercosur, como miembro fundador, que hace siempre equilibrios con Brasil en el ámbito de las reuniones que se realizan en ese órgano de integración regional.

Justo durante la visita de Obama a Argentina se cumplieron los 40 años del golpe militar que impuso una de las terribles dictaduras del llamado Plan Cóndor. El presidente Macri ha sido un hombre de derecha, un hombre que apoyaba al gobierno del general Rafael Videla, uno de los dictadores más sangrientos de la dictadura argentina. Obama representa al país que promovió todos los golpes en América Latina y avaló a los regímenes criminales que se impusieron en el Cono Sur. Que ambas figuras hayan realizado un acto en recuerdo de las víctimas de una dictadura que apoyaron o de las que hay responsabilidad histórica sin que eso se reconozca, es un insulto a la memoria de tantos desaparecidos víctimas del horror que caracterizó a esos gobiernos.

La imagen que nos llegó del acto en el que estas figuras de la política internacional rinden un homenaje a las víctimas de las dictaduras debe ser una ofensa a la moral de los familiares que por décadas han buscado justicia. Que justamente fue con la llegada del presidente Néstor Kirchner al poder que se dio inicio a un verdadero proceso de justicia y rescate de la memoria.

Los pueblos no olvidan y saben siempre cuál es la mano del verdugo.

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