Fueron interpretadas para recibir los restos del Padre de la Patria en 1842|Descubren composiciones de músicos patriotas en honor al Libertador

El compositor, Premio Casa de las Américas 2005, relata que cuando el cuerpo de Bolívar llegó a Caracas, la oligarquía y los patriotas celebraron homenajes por separado

El compositor Diego Silva Silva elabora una serie de presunciones sobre las honras fúnebres que el gobierno de José Antonio Páez organizó para El Libertador el 17 de diciembre de 1842, a partir del descubrimiento de varias composiciones musicales que no figuran en las reseñas de la época.

Piensa que las piezas compuestas para honrar los restos de Simón Bolívar a su llegada a Caracas a finales de 1842, son parte de un protocolo que se realizó seis días después en la Catedral de Caracas, el 23 de diciembre, en contraposición a las honras decretadas por el gobierno de Páez.

“Hubo dos honras fúnebres, las del gobierno oligarca, y la de los patriotas. En las primeras no participaron los músicos pardos y algunos generales,  y en las segundas no asistió Páez. Hubo unas exequias de los traidores que le tocaron el Requiem de Mozart, y hubo otra donde estaban los patriotas y las composiciones venezolanas”, afirma el maestro Silva, Premio Casa de las Américas 2005.

Durante el trabajo de investigación de las Canciones Patrióticas de siglo XIX, el maestro Silva, junto a la profesora Belén Ojeda y el músico Ignacio Barreto, dieron con las piezas dedicadas a Bolívar en ocasión de la repatriación de sus restos. Explica que Barreto dio con una Vigilia y Tres Lecciones de Difunto, obra sinfónica coral, de Atanasio Bello, cuya dedicatoria reza: “Para los Funerales del Excmo. Sr. Libertador de Colombia. 11 de diciembre de 1842”.

Atanasio Bello fue soldado en la Guerra de Independencia, era masón y conoció al padre de la Patria personalmente. “Es el músico que más le escribió canciones a Bolívar en toda esa historia de canciones patrióticas”, señala Silva.

Posteriormente, halló otra pieza, Segunda Lección de difunto, de José María Montero, “otro compositor que estuvo vinculado con la Independencia”, refiere.

Las honras fúnebres que se celebraron el 23 de diciembre a las 11:00 am en la iglesia Catedral de Caracas,  “no están registradas históricamente como tales”. “Allí se tocaron las piezas  Vigilia y tres Lecciones de Difunto, de Atanasio Bello, y la Segunda Lección de difunto, de José M. Montero”, asegura Silva. Ambas piezas están escritas en latín, y son para solistas, coro y orquesta sinfónica.

En su indagación, el maestro Silva consiguió una Marcha fúnebre al Libertador, del mismo José María Montero, que cree fue utilizada para llevar los restos del Libertador de la iglesia de San Francisco, donde se realizaron los funerales el 17 de diciembre, a la Catedral de Caracas, el 23 de diciembre, porque coincide con la época y es muy parecida a la otra pieza de Montero. “Nosotros como compositores cuando encontramos un elemento temático, que coincide una pieza con otra, concluimos que forma parte del mismo protocolo”, explica Silva.

Del mismo modo, consigue una canción escrita para recibir los restos de Bolívar en el puerto de La Guaira. Aclara que no puede asegurar que esta pieza así como la Marcha fúnebre al Libertador, se hayan interpretado, pero sí fueron hechas para la ocasión.

Completa el protocolo que establece la iglesia para este tipo de exequias una Misa de Requiem, de Atanasio Bello, escrita posiblemente en 1827. Presume Diego Silva, que como tocar Mozart hubiera  “generado discordia” entre aquellos músicos patriotas,  con “sentido de identidad”,  Bello utilizó esta pieza escrita por él años antes.

T/ Florángel Gómez
F/ Archivo CO