Una constante en la oposición nacional es el desconocimiento de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Esta deja de ser válida para ellos cuando no les permite delinquir y el usufructo del enriquecimiento ilícito. La derecha ultramontana pretende desacreditar a nuestras Fuerzas Armadas, olvidando que el gobierno de Nicolás Maduro se sostiene en la Unión cívico Militar.
El proceso de emancipación en Venezuela se sostuvo sobre los hombros de unas Fuerzas Armadas que venían del pueblo y apostaron a los ideales de la Ilustración, pretendiendo liberar de la opresión y de la servidumbre a la patria. El ideario de Bolívar en Venezuela fue disolver el viejo régimen represivo y dictatorial que nos impuso la España monárquica. El Republicanismo tiene su base fundamental en los Derechos del Hombre y del Ciudadano, no acepta por ningún respecto los poderes taumatúrgicos de ningún Rey. Las Monarquías en el mundo viven de los pueblos manteniendo lujos y privilegios a través de la recaudación de impuestos.
Al Imperio Norteamericano se le han puesto duras las habas, la región velando por el resguardo de la América del Sur, de manera casi unánime ha girado hacia la defensa de sus respectivas soberanías y ha creado organismos internacionales como la Celac y la UNASUR, ya no estamos en la época de los desmanes como el que cometió el gobierno de Margaret Thatcher contra la República Argentina.
Los grupos extremistas de derecha aseveran que el petróleo que produce Venezuela está mezclado con agua, esta gente han desatado una campaña internacional nociva al país y a su democracia. Agencias internacionales como CNN olvidan la manera despiadada en que fue ejecutado Gadafi. Se pretende poner de rodillas a países como Irán. Los Estados Unidos de América han incitado las guerras tribales en países como Irak, no se quiere la paz del mundo, sino el control y el sometimiento. La derecha ha planificado asesinatos selectivos.
Cuando Nicolás Maduro ganó las elecciones Presidenciales a esta gente se le revolvieron los diablos, sus primeros objetivos fueron los CDI, se atacaron los centros asistenciales donde se cura el pueblo, se les disparó en Baruta a mansalva a quienes festejaban la victoria socialista.
El Municipio Chacao fue testigo de guerras, de asesinatos y de balazos a diestra y siniestra. Qué respeto pide la oposición golpista si ellos durante estos 15 años de gobierno revolucionario han venido atizando el odio. La derecha ultramontana venezolana ha olvidado los asesinatos de la Cuarta República, se hacen los locos cuando se habla del servilismo de los jerarcas de la iglesia católica con el proyecto neoliberal.
No se puede construir un país sin compromisos, el fundamental es el de la patria. No se le puede entregar la patria a los capitales golondrinas o a una burguesía parasitaria venezolana que ha vivido toda su vida amarrada a las faldas del Estado. Hay que recordarle a esta gente que los gobiernos se eligen con los votos y estos condujeron a Nicolás Maduro a la Primera Magistratura.