Despido de Bolton no implica cambios radicales en políticas sobre Venezuela

La remoción de quien durante año y medio se convirtió en uno de los principales aliados de la oposición venezolana en el Pentágono obedece a diferencias tácticas y no estratégicas con el megalómano de la Casa Blanca

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“No me alegra, pero me da un fresquito”. La frase, frecuentemente es utilizada en la jerga coloquial para expresar los alivios derivados de algún percance sufrido por quien de alguna manera nos ha causado algún tipo de perjuicio. En el caso de la gran mayoría del pueblo venezolano, el anuncio hecho el martes pasado por el engendro de la Casa Blanca, Donald Trump, notificando el despido de su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, dio motivos para experimentar ese tipo de sensación.

“Anoche informé a John Bolton de que sus servicios ya no son necesarios en la Casa Blanca. No estaba de acuerdo con muchas de sus sugerencias, al igual que con otros en la Administración, por lo que le pedí a John su renuncia, que me fue dada esta mañana”, dio a conocer el megalómano en su cuenta en Twitter.

El miércoles ofreció más información detallando que Bolton “cometió algunos errores muy grandes», lo cual, en el caso de Venezuela, implicó una conducta “totalmente desubicada”.

El ahora exfuncionario ocupaba el cargo desde abril del año pasado, forjándose durante estos 18 meses una reputación de fanático de las guerras y defensor del supremacismo estadounidense expresado en la Doctrina Monroe y la del Destino Manifiesto.

Venezuela fue blanco permanente de sus ataques, presiones y amenazas, tratando de intimidar tanto al pueblo como a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). El 28 de febrero, apenas cinco días después de la fallida invasión “humanitaria” desde Colombia, apareció en una rueda de prensa para anunciar nuevas medidas coercitivas contra nuestra patria, reiterando la letanía de que “…todas las opciones están sobre la mesa”.

En esa ocasión, sin ningún tipo de disimulo, dejó ver una inscripción en su carpeta: “5.000 soldados a Colombia”, en un claro intento por sembrar terrorismo psicológico entre venezolanas y venezolanos, el cual evidentemente no surtió efecto.

Igualmente fue confeso artífice del fracasado intento de golpe de Estado del 30 de abril, que habría levantado la iracundia del aspirante a emperador del mundo, por considerar que su asesor de Seguridad Nacional y la inepta dirigencia opositora criolla lo habían engañado.

“Creo que su defensa del cambio de régimen en todo el planeta es una visión del mundo ingenua y creo que el mundo será un lugar mucho mejor con un nuevo asesor”, se pronunció el senador republicano Rand Paul, de Kentucky, apenas conocerse la remoción, añadiendo que la amenaza de guerra “…cae exponencialmente con John Bolton fuera de la Casa Blanca”.

NO HABRÁ CAMBIOS

El muy conocido buen humor de las venezolanas y los venezolanos, convertido usualmente en una de las armas para enfrentar las peores adversidades, no tardó en manifestarse, tan pronto se hizo pública la salida del Gobierno de Estados Unidos del “doctor Chapatín” –como burlonamente fue rebautizado, dado su parecido con uno de los personajes creados por el autor mexicano Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”.

En las redes digitales abundaron los “memes” al respecto, teniendo como principales blancos, entre otras, a la periodista Carla Angola y a la esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori, cuya fama de “pavosa” continúa en crecimiento, por haber aparecido muy orondas en fotografías con el ahora defenestrado.

Igualmente, en el programa Con El Mazo Dando, que todos los miércoles conduce por Venezolana de Televisión el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, la etiqueta del día fue “¡Bolton, estás botado!”, que rápidamente se convirtió en tendencia.

Sin embargo, el también primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de inmediato se encargó de colocar las cosas en su justo contexto: “Eso se veía venir y eso no significa para nada que Estados Unidos va a cambiar su actitud contra Venezuela. Les garantizo que consiguen uno peor que Bolton, de esos tienen bastante ellos. Nadie vaya a pensar que el imperialismo está mandando un mensaje de flexibilidad”.

DIFERENCIAS TÁCTICAS

El sociólogo y analista argentino Marco Teruggi considera que el despido “…se debe a diversos conflictos abiertos, sobre los cuales se habían planteado varios desacuerdos tácticos, mas no estratégicos, con el Presidente: Corea del Norte, Irán, Afganistán y Venezuela. En cada uno de los casos podemos notar una matriz similar: por un lado, existe lo que podríamos decir una lógica de la forma de la presión que plantea Trump en el ejercicio de intentar lograr sus objetivos y, otra, que es la que tiene John Bolton”.

“En la primera” -continúa Teruggi- “hablamos de asedio, cerco, presión, amenazas, y en términos generales, descompresión y luego un reinicio de la dinámica de la presión; en el caso de Bolton, y esto ha sido expresado públicamente en varios de estos conflictos, no contempla la posibilidad del diálogo, mucho menos la descompresión y sí la carta siempre latente de un despliegue militar, algo que Trump ha mostrado tener como una opción un poco más lejana en cuanto a su política exterior”.

En el criterio del colaborador del diario argentino Página/12, “si aplicamos este razonamiento a Venezuela, podríamos decir que Bolton estaba trabajando sobre la línea más de desenlace violento, intervencionista, algo que se expresa en estos días en el conflicto con Colombia, en la cantidad de amenazas que vienen desde el otro lado de la frontera, en el sabotaje, torpedeo a los espacios de diálogo y podríamos decir que en esos dos factores está la explicación por la cual Trump afirmó que Bolton se pasó de la raya con respecto a este país. Es decir, que actuó poniendo por delante su propia lógica y concepción de cómo se va a dar el conflicto, antes que la de Trump, algo que también ha emergido en los otros casos y ha sido manifestado de forma pública: cierta autonomía excesiva de Bolton en la forma de conducir los diferentes terrenos de disputa geopolítica”.

No obstante, Marco Teruggi, amplio conocedor de la situación de nuestra patria y el criminal bloqueo al cual ha sido sometido por el imperio estadounidense, hace una advertencia en el mismo tenor de la de Diosdado Cabello: “Esto no quiere decir que exista una diferencia estratégica, en cuanto a Venezuela, eso no depende en su objetivo final de lo que decidan Bolton o Trump; ellos en todo caso tienen diferencias en lo táctico, las formas y los tiempos, y es bueno resaltar que al interior de la Administración Trump quedan hombres que comparten ‘la misma’ mirada, misma entre comillas, similar mirada a la de Bolton: pienso en Pompeo, pienso en Abrams, quienes van a tratar de conducir el conflicto siempre en favor de sus intereses, contemplando esas posibilidades, pero más apegados a la forma de la táctica que plantea Trump”.

Igualmente, remarca: “…Entre paréntesis, dentro de las razones de la salida de Bolton, también aparecieron sus cortocircuitos y fricciones con (Mike) Pompeo y (Mike) Pence, es decir, que también hay razones de orden interno de la Administración Trump; una Administración que se ha caracterizado por ser inestable y ahora entraría el cuarto asesor de seguridad en lo que va de mandato”.

El sociólogo, quien también aporta sus análisis para el portal ruso Sputnik, en lo que se refiere a cómo podría plantearse el panorama para Venezuela luego de la salida de este “halcón”, sostiene: “Yo creo que hacia adelante se puede esperar que las diferentes líneas sigan intentando avanzar; diferentes líneas que se pueden sintetizar en dos principales: una, que plantea una necesaria resolución con diálogo y caída electoral, en el sentido de que ese diálogo recaiga en una salida electoral; hemos visto a la Unión Europea enfatizando en ese punto, hay actores internos que trabajan en esa dirección, actores en Estados Unidos que también lo verían con buenos ojos y, otra línea que plantea que hay que ir en una escalada, en la cual la única forma de resolución del conflicto es no a través de un diálogo, sino una negociación en la que Nicolás Maduro claudique sobre casi todos los puntos y se retire, o una salida por la fuerza que puede tomar diferentes presentaciones”.

“En estos días estamos viendo cómo cada una de las líneas se expresa e intenta ocupar posiciones: es la línea intervencionista con la cuestión del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y, la línea dialoguista, que ha quedado por el momento en una posición secundaria, pero que no debería sorprender si vuelve a tomar fuerza en los próximos días o semanas”, prosiguió.

Eso sí, Marco Teruggi advierte: “… Siempre debemos estar pensando que el espacio decisor central por encima del Grupo de Lima, la OEA, la Unión Europea, de todas las partes, es Estados Unidos y ahí evidentemente hay que preguntarse por los tiempos de los factores de poder invisibles estadounidenses respecto a sus objetivos con Venezuela: cuánta urgencia hay para resolver y los tiempos de Trump, que son tiempos ya electorales, en los cuales busca una victoria, para presentarla como una victoria fácil, que es lo que Bolton le había ofrecido en un error de cálculo evidente, pero a su vez no quiere un escenario que lo empantane y lo haga llegar al momento más álgido de las elecciones, con un conflicto abierto, sin resolución, y toda una serie de dimensiones que podrían ser utilizadas por sus adversarios para dañarlo”.

EL MÁS PELIGROSO

En un análisis publicado por el equipo de Misión Verdad, en el cual se califica a Bolton como “el halcón más peligroso”, se sostiene: “Parece ser un factor transversal en la Administración Trump, el cambio de sus colaboradores como resultado de la pugna interna en lo más alto de la política estadounidense. Se trata de la conjunción de mecanismos y circunstancias de presión entre el Presidente y las instancias del ‘Estado profundo’ que configuran la esfera del Poder Ejecutivo”.

En el texto apuntan: “Durante su turbulento mandato, Donald Trump ha tenido que cabildear sus intereses, incluso entre grupos duros del Partido Republicano. Ha otorgado cuotas específicas de poder a los llamados halcones, o elementos delineados en los lobbys petroleros y armamentistas, para así definir el desarrollo de su política exterior. Con el despido de su asesor de Seguridad Nacional, Trump parece deslindarse de uno de los factores más sobresalientes de este grupo, luego de continuos señalamientos que indican que la actual Administración en la oficina oval es la más errática en el desarrollo de la estrategia estadounidense en sus frentes interno y externo”.

“El deterioro de las relaciones económicas con otros países, la continuidad de los frentes de guerra heredados y la apertura o reapertura de nuevas tramas de asedio contra Corea del Norte, Irán, Cuba y Venezuela, han empantanado a Washington en escenarios contraproducentes, cosechando con ello el peor momento de las relaciones estadounidenses con el mundo”, añaden.

Recuerdan que “en junio de este año, tras la decisión de Trump de no ordenar un ataque militar contra Irán, después de que derribó un avión no tripulado estadounidense, Bolton quedó ‘devastado’, según le dijo un funcionario a John Hudson un analista que lo publicó en The Washington Post y es citado por Misión Verdad.

Igualmente, citan que el ahora exasesor “se opuso al deseo de Trump de reunirse con el presidente iraní Hassan Rohaní, en un esfuerzo por alcanzar un nuevo acuerdo que limitaría el programa nuclear de Irán y alejaría a Washington y Teherán de un eventual conflicto militar”.

Misión Verdad, cita igualmente al Post en lo relacionado con el “frente asiático”: «En Corea del Norte, Trump llegó a ver a Bolton como un posible obstáculo de un acuerdo nuclear histórico con el país aislado y lo excluyó repetidamente de reuniones importantes. Durante la segunda cumbre de Trump con Kim en Hanoi, Trump ordenó que Bolton no fuera incluido en una cena con altos funcionarios estadounidenses y norcoreanos. Cuando Trump realizó una visita sorpresa a la zona desmilitarizada en junio, envió a Bolton a Mongolia en lugar de hacer que se quedara en el país para la reunión Trump-Kim”.

El periódico estadounidense, citado por Misión Verdad, refiere: “En Venezuela, la agenda del exasesor también terminó en fracaso. ‘Trump expresó reiteradamente su frustración con Bolton y sus ayudantes, en el tema sobre el cual Bolton recibió el mayor control: Venezuela. Bolton le había dicho al Presidente que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, podría ser expulsado rápidamente luego de la imposición de sanciones económicas por parte de Estados Unidos a la compañía petrolera estatal del país (…) el enfrentamiento ha empeorado la situación humanitaria, causando una escasez más severa de alimentos y medicamentos”.

“Precisamente Venezuela es hoy el principal foco de tensión geopolítica en el continente americano. En este punto concurre el resultado de una errática agenda que ha mellado todo el marco de relaciones internacionales, especialmente desde enero de este año, cuando EEUU patrocina el ascenso forzado de Juan Guaidó como ‘Presidente interino de Venezuela’, cabildeando el apoyo de más de 50 países. Pero hasta ahora Guaidó no ha ejercido ninguna cuota de poder real en Venezuela”, indica el análisis de Misión Verdad.

T/ Jimmy López Morillo
I/ Edgar Vargas
F/ Archivo CO
Caracas