Día de la Resistencia Indígena: por el rescate de los conocimientos ancestrales

Cada 12 de octubre en Venezuela se celebra el Día de la Resistencia Indígena, para conmemorar y honrar la lucha de estos pueblos nativos americanos contra la invasión colonial europea.

Anteriormente por decreto presidencial de Juan Vicente Gómez se celebraba “El Día de la Raza”; sin embargo, durante el Gobierno Bolivariano del Comandante Hugo Chávez en el año 2002 se anunció el cambio de nombre por Día de la Resistencia Indígena, en reivindicación a las luchas de los pueblos originarios frente a la violencia de los colonizadores españoles. Es por esa razón que se realiza un homenaje a la resistencia indígena, a través del decreto presidencial 2028, para así lograr aun más la diversidad cultural y humana, con la inclusión de los pueblos indígenas venezolanos en este proceso de cambio social y nacional bolivariano.

Por mandato constitucional, el Estado venezolano reconoce la existencia de los pueblos y las comunidades indígenas, así como sus derechos, costumbres, idiomas, creencias y hábitat. Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y promover sus propias prácticas económicas basadas en reciprocidad, la solidaridad y el intercambio, esto según los artículos 119, 121 y 123 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Nuestro país cuenta hoy con unas 39 tribus aproximadamente, distribuidas mayoritariamente en zonas de los estados Zulia, Falcón, Mérida, Monagas, Amazonas, Bolívar, Delta Amacuro, Anzoátegui, Sucre y Apure, información que se puede ampliar en el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas (Minpppi).

Según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) los pueblos indígenas han contribuido como nadie a la domesticación de la agrobiodiversidad que hoy alimenta a la humanidad, ya que sus sistemas alimentarios tradicionales han provisto de dietas variadas, equilibradas y sanas a su población por milenios, que hoy se ven amenazados por los agronegocios y los monocultivos.

Diversas etnias indígenas se autoproclaman como hijos del maíz, de la yuca dulce, del haba, de la quinua, de la papa o del guandú, según sea la cosmovisión de cada pueblo en relación con la naturaleza y sus potencialidades alimenticias.

Para las tribus indígenas, la alimentación va más allá de lo que se come; porque también se alimentan con los pies descalzos y el aroma del paisaje mañanero.

Los climas y ecosistemas que caracterizan a un país como Venezuela, contribuyen a generar una gran variedad de especies de flora y fauna y se ven reflejados en los diferentes productos y alimentos típicos de cada zona del país, donde habitan comunidades indígenas. Llanuras, sierras, bosques, desiertos, selvas, páramos, entre otros, tienen características naturales que influyen de forma directa en las tradiciones de cada etnia y por consiguiente, en sus costumbres y rituales gastronómicos.

En esta oportunidad mencionamos al pueblo pemón y sus hábitos alimentarios. Ellos son indígenas venezolanos que habitan en la zona sureste del estado Bolívar, entre la frontera con Guyana y Brasil, además son los habitantes comunes de la Gran Sabana y todo el Parque Nacional Canaima.

¿QUÉ COME EL PUEBLO PEMÓN?

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la alimentación indígena tiene un carácter artesanal e históricamente se ha basado en la caza, la pesca y la recolección de alimentos. No empleaban la domesticación de animales y practicaban el trueque como forma de economía simple, que permitía el intercambio de alimentos de tribu a tribu.

El principal cultivo del pueblo pemón es la yuca amarga (Manihot Utilissima) y la yuca dulce (Manihot Dulcis). En sus cantos mágicos la llaman «madre». De la yuca amarga sacan el casabe (pan indígena); el Kachirí (su bebida fermentada); el almidón (que consumen en torticas) y el Kumachí (condimento tradicional, picante o no).

Los pemones consumen la yuca dulce frita o cocida, pues no tiene veneno como la amarga. El pemón siembra también otras clases de tubérculos como la batata, el ñame, el mapuey, el ocumo, así como también varias clases de bananos, maíz, arroz, caña de azúcar, piñas y algodón. Ocasionalmente complementa su dieta con ciertas clases de insectos.

Con frecuencia se alimentan de pescados como bocachico, corocoro, guabina, caribe, morocoto, rayado, cachama, raya, buco, piraña y bagre. Su dieta la complementan con huevos de iguana y pájaros, consumen de manera constante el ají picante y dulce, aguacate, auyama, chayota, pira, entre otros. Las grasas la obtienen de los frutos de las palmas, en especial del moriche.

LOS SABERES ANCESTRALES

El Ministerio del Poder Popular para la Alimentación, a través del Instituto Nacional de Nutrición, valora de manera enérgica la cultura y las costumbres indígenas del país, porque ellas representan a todos los pueblos nativos de América.

En la actualidad se trabaja para que los conocimientos ancestrales de nuestros indígenas formen parte de la nueva Cultura Alimentaria y Nutricional, ya que los hábitos de consumo de nuestros aborígenes se basaban en rubros naturales y sanos. Es por esta razón que el Gobierno Bolivariano labora por el rescate y reimpulso de la seguridad alimentaria de los pueblos indígenas, y le da cumplimiento a las políticas de inclusión social implementadas por el Comandante Eterno Hugo Chávez, sostenidas y fortalecidas por el presidente obrero Nicolás Maduro.


Coporo a la parrilla con yuca

Ingredientes

(5 raciones)

5 coporos

5 hojas de plátano

2 limones

1 kg. de yuca

Medio repollo

2 zanahorias

Sal y pimienta en cantidad necesaria

Preparación

Lave y limpie bien los coporos, resérvelos. Ten lista la parrilla, para cocinar los pescados envueltos cada uno en una hoja de plátano; cocina por 30 minutos. Lava y corta en trozos medianos la yuca, cocina hasta que ablande. Lava y corta finamente el repollo, cocínalo por 2 minutos en agua hirviendo y lleva a un recipiente de agua fría, escurrir y reservar; ralla la zanahoria, mézclalos con sal y pimienta. Sirve el pescado en cada plato junto con un trozo de yuca y ensalada.

Aporte nutricional

(1 ración)

Calorías: 410 Kcal.

Proteínas: 52 g.

Grasas: 6 g.

Carbohidratos: 41 g.

Recomendaciones nutricionales

  • Colabora así en la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, y es por ello que se recomienda su consumo y el de otros pescados azules.

  • Además, el bonito, como el resto de los pescados, es buena fuente de proteínas de alto valor biológico y posee cantidades diversas de vitaminas y minerales.

Curiosidades

Los pemones consumen en cantidades notables el pescado coporo, procedente de la familia Prochilodontidae, parecido a la cachama, en cierto modo porque comparten hábitat en aguas dulces y de climas tropicales, el coporo puede llegar a medir 37 y 60 cm en la adultez y se encuentran en la cuenca del río Orinoco.

Texto: Román Hernández.
Receta: Carla Montaño.
Prensa INN