Este miércoles|Diablos danzarán en el estado Vargas

Este miércoles la diablada se organiza en Pueblo Arriba, parroquia Naiguatá, y Tarmas, en Carayaca, en el estado Vargas, para vencer con danzas al mal ante la figura del Santísimo Sacramento.

Esta actividad, que data del siglo XVII, a la que se incorporan otras diez cofradías del país, fue reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco, el 6 de diciembre de 2012.

Como todas las ceremonias de diablos en el país, la de Vargas, a pesar de que su cercanía geográfica en comparación con otras cofradías, difiere en muchos sentidos. La más conocida de la región, la de Naiguatá, se iniciará luego del mediodía, cuando suenan los cueros del tambor en el Cerro Colorado, desde donde descenderá el “río de diablos”, como dice Kelvin Romero, presidente de esta cofradía.

“Ya tenemos todo listo y afinandos algunos detalles de hidratación, porque aún tenemos que cubrir a los más de 500 diablos que saldrán mañana”, dijo Romero, quien dijo que ya tienen “chupi chupi para los niños, recuerdos de diablos hechos con madera, yeso y papel maché y hasta el confeti que vamos a lanzar frente a la iglesia cuando llegue la diablada”, dijo.

La declaratoria hecha por la Unesco tuvo este año espacial repercusión. Desde hace más de un mes no hay lugar en posadas ni hoteles, también los restaurantes y comercios playeros se preparan para recibir a los visitantes que desde el pasado fin de semana empezaron a llegar.

Aún cuando sus diablos no fueron incluidos en la declaratoria de la Unesco, en Tarmas, ubicado al otro extremo de Vargas, el pueblo también se arregla para la celebración que arrancará a las 6:00 de la mañana, también con un toque de tambor y un recorrido tipo procesión por todo el pueblo.

“A diferencia de los diablos de Naiguatá, que pintan su atuendo a mano y lo decoran con campañas, los de Tarmas hacen su vestimenta con tiras de trapos de colores, generalmente de ropa vieja, además, entran al templo y participan en la misa”, explicó Jesús Vizcaíno, secretario de cultura de la Gobernación de Vargas.

Los diablos de Naiguatá exhiben en sus manos máscaras con figuras zoomorfas generalmente de animales marinos y de la montaña, danzan por las calles de Pueblo Arriba y luego se pasean por las principales vías del sector. Mientras tanto, los diablos de las montañas de Carayaca hacen sus máscaras con tapara, sobre las cuales hacen creaciones artísticas de impresionante colorido.

Explica que durante la ceremonia los “diablos de Tarmas se visten de diablo para engañar al mismísimo diablo; es como una trampa para vencer la maldad y por eso son redimidos”. En cambio, los de Naiguatá representan más la lucha interna entre lo bueno y lo malo, pues se visten con cruces para repeler al enemigo, el cual los hace pecar por la debilidad de la carne. Al llegar el templo, los diablos “se comprometen a ser buenos y vencer con buenas acciones al pecado”.

“En todo caso, cada una de estas expresiones son una muestra del arte plástico, dancístico y de expresión teatral sin parangón y que no tiene nada que envidiarle a muchos artistas internacionales”, afirmó Vizcaíno.

La celebración de los diablos se iniciará este miércoles y se extenderá hasta pasada la tarde del jueves, para lo cual la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Gobernación de Vargas ha articulado un operativo especial para garantizar el disfrute de propios y visitantes.

Fuente/AVN