Recibió el Premio Libertado al pensamiento Critico de manos del Aristóbulo Istúriz|Díaz Polanco: La izquierda debe convertir el siglo XX en “la centuria de la tolerancia, la igualdad y la justicia”

“La izquierda debe luchar simultáneamente contra las desigualdades y defender los derechos asociados con las diferencias socioculturales. La uniformidad cultural es un proyecto conservador, en cambio, la igualdad y la diversidad son pilares del proyecto emancipador (de la izquierda) y es fundamento de nuestro concepto de justicia”. Así lo señaló el antropólogo dominicano radicado en México Héctor Díaz Polanco, durante el acto de entrega del Premio Libertador al Pensamiento Crítico, en el que se destacó con su libro El jardín de las identidades: la comunidad y el poder.

El evento, que tuvo lugar la noche del sábado en la Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño (TTC) como parte dela programación de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2016), contó con la participación del vicepresidente ejecutivo Aristóbulo Istúriz, quien entregó el premio a Díaz Polanco en representación del presidente Nicolás Maduro.

Igualmente intervinieron en el acto el ministro para la Cultura, Freddy Ñáñez, y historiadora Mercedes “Chela” Vargas, en representación del jurado de la décima tercera edición del Premio Libertador al Pensamiento Crítico. También estuvo presente sobre el escenario Christian Valles, presidenta del Centro Nacional del Libro (Cenal), ente encargado de organizar la Filven.

SIGLO XX: “LA CENTURIA DE LA VERGÜENZA”

Durante su discurso, el dominicano sostuvo que por “el mal tratamiento” de la diversidad y la intolerancia reinante desplegada por las “oligarquías despiadadas”, el siglo XX latinoamericano puede considerarse como “la centuria de la vergüenza”

Frente a eso, señaló el también poeta, periodista, abogado e investigador, se erigen una gran meta “que es al mismo tiempo proyecto y esperanza” de que que el siglo XXI se convierta en el periodo durante el cual la pluralidad logre establecerse firmemente como un valor para convertir a esta centuria en “el siglo de la tolerancia, la igualdad y la justicia”.

El intelectual consideró que en esa dirección están orientados los esfuerzos de incontables pueblos, grupos étnicos y comunidades de Latinoamérica que tributan a una suerte de “renacimiento de las identidades”, que aparece en un momento oportuno, justamente cuando se esperaba que el llamado proceso de globalización cumpliera su objetivo de disolver las identidades particulares y anulara el creciente “protagonismo comunitario que seguramente impactará en los actuales procesos sociopolíticos”.

LOS RETOS

No obstante, advirtió Díaz Polanco, los retos que habrá que encarar en el camino hacia la igualdad de los pueblos dentro del respeto la diversidad, “serán duros y difíciles”. Uno de estos duros obstáculos apuntados por el dominicano es la presión filosófica y política que desde hace dos siglos ha ejercido el liberalismo que promueve la necesidad de sobreponer una postulada humanidad esencial, y por tanto universal, a las diversas formas en que se manifiesta lo sociocultural.

En el libro ganador del Premio Libertador al Pensamiento Crítico, el autor intenta mostrar el empeño del neoliberalismo en presentarse como tolerante, aun cuando no puede “ocultar el insuperable carácter excluyente que le es propio”.

En este orden de ideas, el investigador argumenta que las expresiones de la llamada “nueva derecha” no son pluralista ni tolerantes “y por lo que se ve, jamás podrán serlo”, vaticinó. “La obra convoca a rememorar las lecciones de auténtica diversidad que son como situaciones, metas, a las que debemos volver una y otra vez en la medida en que son prueba efectiva de que la convivencia respetuosa entre modos de vida diferentes es humanamente posible”.

NO CUMPLIERON

A decir de Díaz Polanco, es un eje fundamental de El jardín de las identidades: la comunidad y el poder la revisión de las relación entre pluralidad sociocultural y la sociedad neocapitalista globalizada.

En esta línea argumentativa el escritor desarrolla la idea de que la globalización conduce a una homogeneización cultural de las sociedades de manera indefectible. Esta conjetura tan repetida que en los últimos lustros “alcanzo un falso piso de verdad insustentable”, involucra dos planos fundamentales.

Primero, que la globalización neoliberal conduciría gradualmente a la igualación de la condiciones socioeconómicas en lo que corresponde al bienestar y prosperidad entre los países empobrecidos y los desarrollados, lo que supuestamente terminaría con desigualdades internas y asimetría entre naciones.

Y segundo, que la globalización capitalista impulsaría un sostenido proceso de uniformidad cultural merced a la hibridación y otros procesos, los que irían socavando la diversidad que ha caracterizado hasta ahora a las sociedades humanas.

“Ninguna de esas predicciones o promesas se ha cumplido. Las brechas entre los dos bloques de países no solo no se han reducido, sino que se han ensanchado con todo su caudal de desigualdad e injusticia. Tampoco el régimen neoliberal ha provocado la uniformización (…); no es que el capital haya parado su propósito integrador: ha fracasado, en primer lugar por la tenaz resistencia de los pueblos”, celebró el intelectual.

CONCEPTOS POLÉMICOS

Por su parte, el Vicepresidente Ejecutivo consideró que el texto ganador plantea ideas polémicas capaces de generar discusiones en diversos sentidos. A su juicio, el libro es polémico “porque tiene conceptos que tradicionalmente la gente los maneja sin profundizar. Nosotros creemos que deber ser muy asumida y afirmada la relación entre la igualdad y la diversidad: la única manera de ser iguales es que nos asumamos diversos, no hay otra manera”, reflexionó Istúriz.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Jonathan Manzano
Caracas