El periodista y director de Últimas Noticias Eleazar Díaz Rangel no duda en afirmar que la unión cívico-militar, si bien fue fundamental para lograr el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, se debilitó desde del primer momento.
En conversación con el Correo del Orinoco, Díaz Rangel comentó que las contradicciones se impusieron por encima de la posibilidad de un posible consenso:
“Hubo un proceso que unificó a todos los sectores políticos, sindicales, empresariales, etcétera, eso se llamó “espíritu del 23 de enero”. Durante mucho tiempo fue uno de los aportes mas mencionados, aunque apenas duró unas semanas, pues dominaron las contradicciones políticas y de clase”.
“Gradualmente, los cambios nos fueron llevando al control de los partidos AD y Copei, un bipartidismo que duró varios años, con gobiernos que se caracterizaron por la corrupción y el enriquecimiento de muchos de sus dirigentes y de grupos de empresarios”, añadió.
–¿Porque se llegó a ese resultado?
–Porque hubo una unidad solo para derrocar a Pérez Jiménez, pero una vez derrocado, emergieron gradualmente las divergencias políticas y sociales. Cada sector pugnaba por imponer sus criterios y soluciones. Era imposible que esa unidad subsistiera, y lo lógico es que se impusieran los más fuertes.
Díaz Rangel destacó que “uno de los factores que influyeron en la exclusión del PCV y la frustración de muchas de las demandas que había para después del 23 de Enero fue la reunión que en nueva York celebraron Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, en la que evidentemente, dominaba el pensamiento betancourista”.
El periodista y docente universitario recordó que la unión cívico-militar se dio en virtud de la confluencia de los partidos AD, PCV, URD y Copei. Pero, como es sabido, la citada reunión de Nueva York dio paso al Pacto de Punto Fijo, que dio pie a la exclusión del PCV.
En ese contexto, reiteró, “los más fuertes dominaron la situación, y las Fuerzas Armadas se pusieron al servicio de esas fuerzas políticas”.
NO FUE UN SOLO DÍA
Díaz Rangel afirmó que en la jornada del 23 de Enero de 1958 se cumplió la voluntad del pueblo, con el apoyo de amplios sectores civiles y gran parte de la oficialidad y tropas de las cuatro fuerzas militares.
Pero la caída de la “dictadura establecida en 1948 mediante el golpe militar que puso fin al gobierno de Rómulo Gallegos” no fue cosa de un día. Se produjo “en un marco de luchas populares que ocasionaron 71 muertos y numerosos heridos, desde el 20 y 21 de enero, en las calles de Caracas y de varias ciudades del país”.
“La unidad de amplios sectores civiles y de gran parte de la oficialidad y tropas de las cuatro fuerzas militares permitió que en esa fecha tuviera lugar el derrocamiento de una dictadura que robó, torturó, asesinó a líderes políticos y sindicales, tuvo miles de exiliados y presos, prohibió todas las libertades incluidas la de prensa, el derecho a manifestar, de asociación, de reunión, entre otros”, recalcó.
LA UNIÓN CÍVICO-MILITA
Díaz Rangel, testigo de aquellos hechos con los que se dio inicio a la segunda mitad del siglo 20 venezolano, insistió en que tal logro se debió al proceso de unidad cívico-militar, que fue determinante para acabar con la dictadura.
“La unión cívico militar se produjo de manera efectiva con la huelga general, las luchas en las calles, que fueron muchas, y con la participación militar que impulsa con sus comunicados la Junta Patriótica, organizada en junio de 1957 y presidida por el periodista Fabricio Ojeda”.
“La Junta Patriótica estaba guiada por una línea unitaria dirigida a tratar de coordinar los esfuerzos de las organizaciones políticas y antidictatorales que luchaban desde la clandestinidad en diferentes sectores de la sociedad venezolana con el propósito de lograr derrocar a Pérez Jiménez y establecer un gobierno democrático”, señaló.
“Para ese momento Venezuela se hallaba sometida a una dictadura que violaba los derechos civiles y políticos de la ciudadanía con el apoyo del gobierno norteamericano”, agregó.
EL MOMENTO CRUCIAL
“El 23 de Enero se produce tras un alzamiento de unidades del Ejército comandado por el Coronel Hugo Trejo el 1º de enero, la gran agitación estudiantil que hubo desde diciembre en Caracas, y una huelga general decretada por la Junta Patriótica”, rememoró Díaz Rangel.
Explicó la participación de los militares, destacando la magnitud y el impacto que causó, pues entre ellos estuvieron oficiales de la Marina que levantaron sus más importantes unidades; en la Escuela Militar se concentraban oficiales del Ejército, con contactos con la Guardia Nacional y la Fuerza Aérea. Por su grado la presidió el capitán de navío Wolfgang Larrazabal.
Sobre la participación del pueblo destacó:
“El mundo civil estuvo casi todo en ese proceso, representado por los partidos y con grupos empresariales, de mujeres, los estudiantes en el Frente Universitario, (que agrupaba a los de AD, PCV, Copei y URD) el Comité Sindical Unitario, los periodistas agrupados en la Asociación Venezolana de Periodistas y en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa; que iniciaron una huelga el 20, los intelectuales y dirigentes gremiales de médicos, ingenieros, abogados, etcétera”.