Bergen y Oslo en Noruega, además de Oporto y Lisboa en Portugal, son las ciudades europeas confirmadas como escenarios para la gira que la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas (OSJC) comenzará el próximo domingo 20 de mayo. Este es el segundo recorrido internacional de los músicos luego de que en septiembre pasado demostraran su talento en tarimas de China y Corea.
Está previsto que la serie de recitales comiencen en el Grande Auditório de la Fundación Gulbenkian, de Lisboa, donde el joven maestro Dietrich Paredes, dirigirá la Sinfonía Nº 3, de Camille Saint-Saëns y la Sinfonía Nº 10, de Dmitri Shostakovich.
Luego, el martes 22, se espera que la OSJC visite la joya arquitectónica conocida como la Casa da Música, en Oporto. En esta oportunidad el concertino y director invitado, Andrés Rivas, se encargará de la batuta para guiar a sus compañeros en piezas como la Obertura de Rienzi, de Richard Wagner; la Suite del Ballet Estancia, de Alberto Ginastera; el Danzón N° 2, de Arturo Márquez y la Sinfonía Nº 4, de Piotr Ilich Tchaikovsky.
El lunes 28 de mayo la OSJC estará en la capital noruega, donde les tendrán preparado el escenario del Oslo Konserthus. Allí el director Dietrich Paredes volverá al podio en un concierto con el que pretenden deslumbrar al público con las obras Francesca de Rimini, de Piotr Ilich Tchaikovsky y la Sinfonía N 10, de Dmitri Shostakovich.
COMO UN SOLO EQUIPO
En entrevista con el Correo del Orinoco, el Paredes adelantó que luego del cierre de la temporada en Bergen, las y los músicos de la OSJC se dividirán en dos grupos, uno de estos equipos, siguiendo su batuta, ofrecerá cerca de seis conciertos en distintas ciudades noruegas.
El segundo grupo se sumará a un conjunto de colegas nacidos en la misma cuna del Premio Nobel para formar la orquesta binacional NOVE (Noruega y Venezuela), que será dirigida por el maestro Christian Vásquez en el Festival de Bergen los días 2 y 3 de junio en el Teatro Grieghallen.
El repertorio del conjunto bilateral estará formado por obras venezolanas y noruegas entre las que se encuentran Santa Cruz de Pacairigüa, del maestro Evencio Castellanos y la Quinta Sinfonía, de Gustav Malher.
Por otra parte, se están ajustando algunas actividades paralelas para propiciar el intercambio de los músicos de la OSJC integrada por jóvenes de 14 a 24 años, junto con participantes de los programas de formación musical de Noruega y Portugal.
“La idea es dar una especie de conciertos didácticos y trasmitirles a ellos lo qué tocamos, cómo lo hacemos y cuál es la música. Esto sería con grupos o ensambles de cámara, que compartirán con los jóvenes de esos países”, explicó Johana Muñoz, una de las violinistas de la OSJC.
PARA LUCIRSE MEJOR
El repertorio de la gira escogido por un equipo liderado por el propio maestro José Antonio Abreu, junto a Paredes, está especialmente pensado para demostrar la calidad técnica y artística de nuestra OSJC.
“Son piezas con las que la orquesta se va a lucir y se va proyectar. En eso nos basamos a la hora de escogerlas. Buscamos obras que permitan mostrar el máximo potencial de la OSJC”, apuntó el maestro de apenas 30 años de edad, Dietrich Paredes.
“Son obras de características complejas, que plantean retos muy duros, no solo para una orquesta juvenil, sino que son obras con dificultades técnicas y musicales para cualquier orquesta profesional del mundo”, agregó.
EL COMPROMISO
Para los músicos de la OSJC además de una alegría y un orgullo, es un enorme reto la responsabilidad de representar “no sólo a Caracas, sino a Venezuela y al Sistema de Orquestas Coros Infantiles y Juveniles, que a través de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar (OSSB) y el maestro Gustavo Dudamel, han dejado una huella muy alta en todo el mundo”, apuntó el concertino y director invitado, Andrés Rivas.
Gracias a la Simón Bolívar y a la misma OSJC que también fue ovacionada el año pasado en Bergen, “sabemos que el público esta a la expectativa de todas las orquestas que salen de nuestro país”, declaró Jesús Uzcátegui, principal de los segundos violines de la banda caraqueña.
“La OSSB es como la carta e presentación del Sistema. Con ellos el público del mundo se hizo una imagen de lo que pasa en Venezuela. Entonces cualquier orquesta tiene que ir por todo lo alto, en las mejores condiciones. Para demostrarle que en nuestro país hay un trabajo sostenido”, insistió el percusionista Carlos Vargas.
SEVERA PREPARACIÓN
“Desde el punto de vista musical, en Venezuela hay un ritmo de trabajo que no se ve en todo el mundo. Acá los músicos trabajan 14 horas y la actitud que mantienen es como si hubiera sido un ensayo de dos horas”, sostuvo el director de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas (OSJC), Dietrich Paredes, quien califica a la preparación para la gira Portugal Noruega 2012 como “severa”.
En las jornadas de trabajo, con una duración de 10 a 12 horas, desde las últimas dos semanas y media, los músicos de la OSJC “han tenido un ímpetu, una garra y una fortaleza únicas. El trabajo ha sido olímpicamente triunfal, porque la idea es coronar los escenarios a los que vamos”, confesó el batuta de 30 años de edad.